El cáncer es una enfermedad que se presenta cuando las células se vuelven anormales y crecen sin control. Las células normales crecen (y después mueren) cuando reciben señales para tal fin. Las células cancerosas ignoran dichas señales y continúan multiplicándose. Además, las células cancerosas pueden formar un tumor en el sitio original y posteriormente diseminarse y formar nuevos tumores en otros lugares.
Cabe destacar que las células cancerosas aparecen a través de una serie de cambios genéticos e inducidos por el entorno. El proceso mediante el cual las células normales se convierten en cáncer generalmente pasa por etapas en las que la célula adquiere progresivamente una apariencia más anormal. Pero esto es solo el principio.
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Las células cancerosas se diferencian de las células normales en su capacidad para propagarse, invadir el tejido cercano y «vivir» a perpetuidad. Esto lo logran al evadir la detección (disfrazándose de diferentes maneras) o inactivando las células del sistema inmune que acuden al rescate.
Una vez que se ha formado el cáncer, las células no permanecen iguales. En su lugar, pueden presentarse mutaciones continuas. Esta es la razón por la que se desarrolla resistencia a la quimioterapia y a los fármacos de terapia dirigida, llevando a que al cuerpo no pueda deshacerse de las células cancerosas.
Fuente: Very Well Health