Al día de hoy, no existe evidencia convincente que demuestre que los endulzantes artificiales aumentan el riesgo de desarrollar cáncer.

Los expertos brindan la siguiente explicación de por qué pudo haber surgido este mito:

«Las preguntas sobre los endulzantes artificiales y el cáncer surgieron cuando los primeros estudios demostraron que el ciclamato (edulcorante artificial utilizado como aditivo en alimentos), en combinación con sacarina (uno de los edulcorantes sintéticos más antiguos), causaba cáncer de vejiga en animales de laboratorio».

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No obstante, señalan que estudios adicionales “no han aportado pruebas claras de una asociación con el cáncer en humanos. Asimismo, los estudios de otros edulcorantes aprobados por las agencias sanitarias no han demostrado evidencia clara de una asociación con el cáncer en seres humanos”.

De manera similar, un estudio que investigó el aspartamo y el cáncer, el cual incluyó datos de más de medio millón de participantes, no encontró vínculos entre «el consumo de aspartamo y el linfoma, la leucemia o el cáncer cerebral».

 

Fuente: Medical News Today