La prueba de detección de cáncer intestinal tiene como objetivo detectar la enfermedad en su etapa temprana o detectar cambios en el intestino que podrían provocar cáncer.
En algunos países, los programas de detección envían un kit de prueba de cáncer de intestino cada cierto tiempo a las personas que pueden participar. En otros, se debe acudir al gastroenterólogo para una revisión de rutina (de preferencia cada año), sobre todo si se han tenido problemas gastrointestinales recurrentes.
La prueba se llama prueba de inmunoquímica fecal (FIT, por sus siglas en inglés). Esta busca pequeños rastros de sangre en el intestino y el colon, que suelen ser un signo de cáncer de intestino.
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Aproximadamente 2 semanas después de tu prueba, tu médico te enviará tus resultados o te pedirá que vayas a recogerlos.
La mayoría de las personas reciben un correo o papel que dice «no se necesitan más pruebas en este momento». Esto no descarta completamente el cáncer. Por lo tanto, es fundamental conocer tu cuerpo y lo que es normal para ti.
Consulta a tu proveedor de atención médica si tienes cambios gastrointestinales que no desaparecen y crees que es necesario someterte a esta prueba.
Fuente: National Health Service (NHS)