CEA son las siglas en inglés para antígeno carcinoembrionario. Este es una proteína que se encuentra en los tejidos de un bebé en desarrollo. Los niveles de CEA normalmente se vuelven muy bajos o desaparecen después del nacimiento. Los adultos saludables deben tener muy poco o nada de CEA en su cuerpo.
La prueba mide la cantidad de CEA en la sangre y, a veces, en otros fluidos corporales. El CEA es un tipo de marcador tumoral. Los marcadores tumorales son sustancias producidas por células cancerosas o por células normales en respuesta al cáncer en el cuerpo.
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Tener niveles elevados de CEA puede ser señal de ciertos tipos de cáncer, como por ejemplo cánceres de colon y recto, próstata, ovario, pulmón, tiroides o hígado. Asimismo, tener niveles altos de CEA también puede ser signo de algunas afecciones no cancerosas, como cirrosis, enfermedad mamaria no cancerosa y enfisema.
Una prueba de CEA no puede decirte qué tipo de cáncer padeces, ni siquiera si tienes cáncer. Por lo tanto, la prueba no se utiliza para detectar o diagnosticar la enfermedad. Sin embargo, si ya te han diagnosticado cáncer, una prueba de CEA permite monitorear la efectividad de tu tratamiento y/o ayudar a determinar si la afección se ha propagado a otras partes de tu cuerpo.