La resonancia magnética nuclear (RMN) es un estudio de imagen que se utiliza para observar el interior del cuerpo. Esta hace uso de imanes y ondas de radio para crear imágenes transversales de tu cuerpo desde muchos ángulos, ayudando a los médicos a obtener una visión detallada de los tejidos blandos, lo que no es posible con otros tipos de estudios de imágenes.
Las resonancias magnéticas son una forma muy eficaz para hallar muchos tipos de cáncer. Generalmente, son mejores para detectar tumores que otros tipos de pruebas de imagen, como las radiografías o las tomografías computarizadas. Como dijimos, los imanes y las ondas de radio que se utilizan durante una resonancia magnética pueden crear imágenes muy detalladas.
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En ocasiones, se aprovecha un tinte de contraste (una solución que se inyecta en una vena) para mejorar la visibilidad de las estructuras que se aprecian en las imágenes de la resonancia magnética. Esto permite otorgar más detalles y claridad cuando se trata de tumores en áreas como la médula espinal.
Asimismo, las resonancias magnéticas pueden usarse para determinar la etapa del cáncer, ya que ayudan a los médicos a comprender hasta dónde se ha propagado la enfermedad. Tu médico utilizará dicha información para determinar el curso correcto de tratamiento.
Y una vez que inicies el tratamiento, quizás te hagan resonancias magnéticas adicionales para ver cómo responde el tumor a la quimioterapia, la radiación y otras opciones.
Fuente: Healthline