En las personas con cáncer, la depresión puede dañar su sistema inmunológico, debilitando la capacidad de su cuerpo para hacerle frente a la enfermedad.
No obstante, cuando una persona sufre de cáncer y depresión, el tratamiento para la mente puede dar un gran impulso al resto del cuerpo. Un estudio realizado en mujeres con cáncer de mama avanzado y concretado por la Universidad de Stanford (Estados Unidos), descubrió que aquellas que asistían a grupos de apoyo semanales vivían un promedio de 18 meses más que las que no lo hacían. Aunque la investigación más reciente no ha encontrado tal efecto en las tasas de supervivencia, ha demostrado que los grupos de apoyo mejoran la calidad de vida de las y los pacientes.
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Un estudio posterior realizado por la UCLA, el cual evaluó a pacientes con melanoma maligno, encontró una tendencia igualmente notable. Los pacientes que participaron en la terapia de grupo tuvieron tres veces más probabilidades de mantenerse con vida entre cinco y seis años más, en comparación con quienes no recibieron la terapia.
Los antidepresivos también pueden desempeñar un papel importante en la lucha contra el cáncer. Un estudio israelí descubrió que dichos medicamentos aumentaron los niveles de células asesinas naturales (que son los soldados del sistema inmunológico que destruyen las células cancerosas y otros intrusos) en un grupo de pacientes con cáncer.
La conclusión es que el tratamiento de la depresión en pacientes con cáncer no solo alivia los síntomas de dolor, náuseas y fatiga, sino que también puede ayudarlos a vivir más tiempo y a disfrutar de una mejor calidad de vida.
Fuente: Health Day