El cáncer es una enfermedad con múltiples causas y por lo tanto con muchos tipos de tratamiento. Hay más de 100 tipos diferentes de cáncer, cada uno con su propio nombre y tratamiento.
Aunque las células en diferentes partes del cuerpo pueden verse y funcionar de manera distinta, la mayoría se repara y reproduce de la misma forma. Normalmente, las células se dividen de manera ordenada y controlada, pero si por alguna razón el proceso se sale de control, las células se desordenan en la división y se convierten en una masa llamada tumor. Los tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los médicos pueden determinar si un tumor es benigno o maligno mediante la extracción de un pedazo de tejido (biopsia) y el examen de una pequeña muestra de las células bajo un microscopio.
En un tumor benigno, las células no se diseminan a otras partes del cuerpo por lo que no son cancerosos. Sin embargo, pueden seguir creciendo en el lugar original, y puede causar un problema presionando los órganos circundantes.
En un tumor maligno, las células de cáncer tienen la capacidad de propagarse más allá del área original del cuerpo. Si el tumor se deja sin tratar, puede extenderse al tejido circundante. A veces las células se separan del cáncer original (primario) y pueden propagarse a otros órganos del cuerpo a través del torrente sanguíneo o del sistema linfático.
El sistema linfático es parte del sistema inmunológico. Se compone de órganos como la médula ósea, el timo, el bazo y los ganglios linfáticos. Los ganglios linfáticos están conectados por una red de tubos pequeños (conductos linfáticos) por todo el cuerpo. El sistema linfático tiene dos funciones principales: ayuda a proteger el cuerpo contra la infección y drenar el líquido de los tejidos. Cuando las células cancerosas llegan a una nueva área en la que pueden ir a dividirse y formar un nuevo tumor, se conoce como un cáncer secundario o una metástasis.
Por lo general, los médicos no pueden explicar por qué una persona desarrolla cáncer y otras no. Sin embargo, las investigaciones muestran que ciertos factores de riesgo aumentan las probabilidades de que una persona desarrolle esta enfermedad. Estos son los factores de riesgo más comunes para el cáncer:
- Edad avanzada.
- Fumar.
- Luz solar.
- Ciertos productos químicos y otras sustancias.
- Algunos virus y bacterias.
- Ciertas hormonas.
- Antecedentes familiares de cáncer.
- Alcohol.
- La mala alimentación, la falta de actividad física o sobrepeso.
Muchos de estos factores de riesgo se pueden evitar. Otros, como los antecedentes familiares, no. La gente puede ayudar a protegerse a sí mismos al mantenerse alejados de los factores de riesgo cuando sea posible.
Con el tiempo, varios factores pueden actuar en conjunto para hacer que las células normales se conviertan en cancerosas. Cuando se piensa en el riesgo de contraer cáncer, estas son algunas cosas a tener en cuenta:
- No todo lo que hagas o consumas causa el cáncer.
- El cáncer no es causado por una lesión, como un golpe o moretón.El cáncer no es contagioso. A pesar de que la infección por ciertos virus o bacterias puede aumentar el riesgo de algunos tipos de cáncer, nadie puede “contraer” el cáncer de otra persona.
- Tener uno o más factores de riesgo no significa que forzosamente se va a contraer cáncer. La mayoría de las personas que tienen factores de riesgo nunca desarrollan cáncer.
- Algunas personas son más sensibles que otras a los factores de riesgo conocidos.