Seguro te ha pasado: recién conoces a una persona y, en apenas unos segundos —no sabes exactamente bien por qué—, pero ya estás seguro de que te cae bien y es muy factible que te conviertas en su amigo(a). Pues bien, ese sentimiento tiene una explicación: el cerebro influye en la elección de tus amistades.
Ocurre lo mismo en caso contrario, tu cerebro de inmediato mandará una señal que te hará saber si definitivamente tú y el recién conocido no tendrán una buena relación. Pero, ¿por qué?, esto se debe a un mero proceso cerebral.
Cuando conocemos a alguien, siempre, se producen una serie de alteraciones en nuestros neurotransmisores, lo que provoca que tengamos una impresión rápida sobre esa persona, encontró un estudio elaborado por la Universidad Estatal de California, en Estados Unidos.
Cabe señalar que para los psicólogos, la amistad se define como “una conexión emocional y psicológica entre dos individuos”, misma que, consideran, le lleva segundos a nuestro cerebro procesar para saber si una persona encaja o no con nosotros.
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De acuerdo con el estudio, cuando conocemos a alguien, la amígdala cerebral (zona del cerebro que está muy implicada en la respuesta emocional) puede mandarnos como primera respuesta impulsos de amistad, miedo, disgusto, empatía, duda o molestia hacia esa persona.
Estas reacciones, todas ellas ocurridas a nivel cerebral, dependen de una serie de circuitos que son capaces de organizar y poner en conexión la percepción y la emoción, detalla un artículo sobre el estudio publicado en The Social Science Journal.
De esta manera, empezamos a idear y comparar si la persona que acabamos de conocer es lo que buscamos o no para entablar una relación, ya sea de amistad o incluso de amor. Todo ello, en cuestión de segundos.