¿Te gusta desvelarte o duermes muy poco? Tal vez no lo sabías, pero tu cerebro paga la factura de esos malos hábitos.

Algunos estudios coinciden en que el sueño insuficiente puede compararse con un estado de ebriedad, ya que altera la percepción del espacio y el tiempo de reacción. Otras investigaciones aseguran que la falta de sueño afecta la forma en que vemos las cosas e interactuamos con los demás-

¿Qué pasa con tu cerebro y estado de ánimo?

A decir de la investigadora Sandra Tamm, del Instituto Karolinska, en Suecia, un mal descanso puede repercutir en la salud mental. Para llegar a este resultado, Tamm realizó cinco estudios, en los que examinó a 117 participantes mediante el uso de tomografías.

En el primero analizó el efecto de la falta de sueño en el contagio emocional; en el segundo, el efecto de la falta de sueño en la capacidad de una persona para empatizar con el dolor de otra persona; en el tercero, el efecto de la falta de sueño y la regulación emocional; en el cuarto, el efecto de la falta de sueño y las conexiones cerebrales; en el quinto, el impacto de la alergia estacional.

Resultados

Tener un mal sueño provoca:

  1. Dificultad para regular las propias respuestas emocionales.
  2. Mayores probabilidades de interpretar de manera negativa los estímulos emocionales.
  3. Mal humor —situación denominada «sesgo de negatividad»—.

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Aunque no fue posible rastrear los mecanismos detrás de este sesgo, los resultados son un reflejo de los efectos negativos del sueño insuficiente —como un factor de riesgo para sufrir una mala salud mental—.

El Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD) recomienda los siguientes tiempos para dormir:

  • Recién nacidos: 16-18 horas al día.
  • Niños en edad preescolar: 11-12 horas al día.
  • Niños en edad escolar: por lo menos 10 horas al día.
  • Adolescentes: 9-10 horas al día.
  • Adultos (incluyendo adultos mayores): 7-8 horas al día.

 

Vía: Hola Doctor