Comenzar una rutina de ejercicios puede ser un desafío, especialmente si no tienes experiencia previa o has estado inactivo durante un tiempo. Sin embargo, con la planificación adecuada y algunos consejos útiles, puedes iniciar una rutina de ejercicios que se ajuste a tus necesidades y te ayude a alcanzar tus objetivos de salud y fitness. Aquí te presentamos una guía paso a paso para empezar.

1. Establece tus objetivos

Antes de comenzar, es importante definir qué quieres lograr con tu rutina de ejercicios. ¿Quieres perder peso, ganar masa muscular, mejorar tu resistencia cardiovascular o simplemente mantenerte activo? Tener objetivos claros te ayudará a mantener la motivación y a diseñar un plan de ejercicios adecuado.

2. Consulta a un profesional de la salud

Si has estado inactivo durante mucho tiempo, tienes alguna condición médica o estás embarazada, es recomendable consultar a un médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicios. Un profesional de la salud puede ofrecerte recomendaciones personalizadas y asegurarse de que estás en condiciones de empezar a ejercitarte de manera segura.

3. Elige actividades que disfrutes

El ejercicio no tiene por qué ser aburrido. Escoge actividades que te resulten agradables y que te motiven a seguir adelante. Puede ser caminar, correr, nadar, andar en bicicleta, practicar yoga, bailar, o cualquier otra actividad física que te guste. La clave es encontrar algo que disfrutes para que el ejercicio se convierta en una parte regular de tu vida.

4. Comienza con moderación

Es importante empezar despacio, especialmente si no has hecho ejercicio en mucho tiempo. Comienza con sesiones cortas de 15 a 30 minutos, de 2 a 3 veces por semana, y ve aumentando gradualmente la duración y la frecuencia a medida que te sientas más cómodo y fuerte.

5. Incorpora calentamiento y enfriamiento

El calentamiento prepara tu cuerpo para el ejercicio, aumenta tu ritmo cardíaco y mejora la flexibilidad, reduciendo el riesgo de lesiones. Dedica 5-10 minutos a un calentamiento ligero, como caminar o estiramientos suaves. Al finalizar tu sesión de ejercicios, realiza un enfriamiento de 5-10 minutos con estiramientos para ayudar a tu cuerpo a recuperarse.

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6. Mezcla diferentes tipos de ejercicio

Para obtener un entrenamiento equilibrado, incluye una combinación de ejercicios cardiovasculares, de fuerza y de flexibilidad. Los ejercicios cardiovasculares, como caminar, correr o nadar, mejoran la salud del corazón y queman calorías. Los ejercicios de fuerza, como el levantamiento de pesas o el uso de bandas de resistencia, ayudan a construir y mantener la masa muscular. Los ejercicios de flexibilidad, como el yoga o los estiramientos, mejoran la movilidad y previenen lesiones.

7. Escucha a tu cuerpo

Es fundamental prestar atención a las señales de tu cuerpo. Si sientes dolor o malestar durante el ejercicio, detente y descansa. Es normal sentir algo de incomodidad cuando empiezas una nueva rutina de ejercicios, pero no debes experimentar dolor intenso. Si persiste el dolor, consulta a un profesional de la salud.

8. Mantén la consistencia

La consistencia es clave para ver resultados. Trata de hacer ejercicio en los mismos días y horas cada semana para establecer una rutina. Mantén un registro de tus entrenamientos para seguir tu progreso y mantenerte motivado.

9. Encuentra apoyo

Hacer ejercicio con un amigo o unirse a un grupo puede hacer que la actividad física sea más divertida y motivadora. Tener a alguien que te apoye y te anime puede ayudarte a mantenerte comprometido con tu rutina de ejercicios.

10. Celebra tus logros

Reconoce y celebra tus logros, por pequeños que sean. Cada paso que tomes hacia un estilo de vida más activo es un éxito. Celebrar tus logros te ayudará a mantenerte motivado y enfocado en tus objetivos.

Empezar una rutina de ejercicios para principiantes no tiene por qué ser abrumador. Con objetivos claros, un enfoque gradual y actividades que disfrutes, puedes establecer una rutina que te ayude a mejorar tu salud y bienestar. Recuerda ser paciente contigo mismo y disfrutar del proceso. ¡Tu cuerpo y mente te lo agradecerán!

 

Fuente: Mayo Clinic