Llevar un estilo de vida activo es esencial para mejorar nuestra salud física y mental, además de aumentar nuestra energía y bienestar general. Muchas veces, el ajetreo diario y las responsabilidades pueden hacer que el ejercicio quede en un segundo plano.

Sin embargo, con algunos cambios simples y la adopción de hábitos saludables, es posible incorporar más actividad física en nuestra rutina cotidiana.

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¿Cómo lograrlo?

  1. Incorpora actividad física en tu rutina diaria. Aprovecha cualquier oportunidad para moverte. Usa las escaleras en lugar del ascensor, camina o anda en bicicleta al trabajo si es posible, y realiza pausas activas durante el día.
  2. Establece metas realistas y alcanzables. Comienza con pequeños objetivos, como caminar 10 minutos al día, y ve aumentando gradualmente la duración y la intensidad de tus actividades.
  3. Haz del ejercicio una actividad social. Únete a un grupo de caminata, inscríbete en una clase de yoga o encuentra un compañero de ejercicio. Esto te mantendrá motivado y hará que la actividad física sea más divertida.
  4. Integra el ejercicio en tus hobbies. Si disfrutas de actividades como bailar, jardinería o deportes, incorpóralas regularmente en tu rutina. El ejercicio no tiene que ser aburrido; haz lo que te gusta.
  5. Mantén una postura activa en el trabajo. Si tienes un trabajo sedentario, asegúrate de levantarte y moverte cada hora. Considera usar un escritorio de pie o realizar ejercicios de estiramiento en tu espacio de trabajo.
  6. Utiliza la tecnología a tu favor. Hay muchas aplicaciones y dispositivos que pueden ayudarte a mantenerte activo, como podómetros, aplicaciones de seguimiento de ejercicio y videos de entrenamiento en línea.
  7. Planifica tus actividades físicas. Programa tus sesiones de ejercicio como lo harías con cualquier otra cita importante. Esto te ayudará a mantenerte comprometido con tu rutina de ejercicios.
  8. Busca oportunidades para estar activo en tu comunidad. Participa en eventos locales como carreras benéficas, festivales de deportes o clases de fitness en el parque.
  9. Haz del movimiento una parte integral de tu vida familiar. Involucra a tu familia en actividades físicas, como paseos en bicicleta, caminatas o juegos al aire libre. Esto no solo te mantendrá activo, sino que también fomentará hábitos saludables en tus seres queridos.
  10. Escucha a tu cuerpo. Asegúrate de no exagerar y de darle a tu cuerpo el descanso necesario. La actividad física debe ser algo que disfrutes y que te haga sentir bien, no una carga.

Adoptar estas prácticas te ayudará a llevar un estilo de vida más activo y a disfrutar de los numerosos beneficios para la salud que conlleva.

 

Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos