Los cálculos renales, también conocidos como piedras en los riñones, son depósitos sólidos formados por minerales y sales en el tracto urinario. Aunque pueden ser muy dolorosos, en muchos casos pueden prevenirse con una alimentación adecuada.
1. Mantente bien hidratado
Beber suficiente agua es la clave para prevenir la formación de cálculos. Una hidratación adecuada ayuda a diluir las sustancias que pueden cristalizarse en los riñones. Se recomienda consumir al menos 2 litros de agua al día, y más si se vive en climas cálidos o se practica ejercicio intenso.
2. Modera el consumo de sodio
El exceso de sal en la dieta puede aumentar la excreción de calcio en la orina, lo que favorece la formación de cálculos. Para reducir el riesgo, es recomendable evitar alimentos ultraprocesados, embutidos y comidas rápidas, y optar por especias naturales para dar sabor a los platillos.
3. Aumenta el consumo de frutas y verduras
Las frutas y verduras ricas en citratos, como el limón, la naranja y el melón, ayudan a evitar la cristalización de los minerales en los riñones. Además, proporcionan fibra y antioxidantes que favorecen la salud renal.
4. Modera las proteínas de origen animal
El consumo excesivo de carne roja, mariscos y productos lácteos puede elevar los niveles de ácido úrico en la orina, lo que favorece la formación de cálculos. Se recomienda equilibrar la dieta con fuentes de proteína vegetal como legumbres, nueces y semillas.
5. Evita el exceso de oxalatos
El oxalato es un compuesto presente en algunos alimentos como espinaca, remolacha, chocolate y frutos secos, que puede combinarse con el calcio y formar piedras en los riñones. Para reducir el riesgo, es importante consumir estos alimentos con moderación y acompañarlos con calcio, ya que este mineral ayuda a evitar la absorción excesiva de oxalatos.
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Prevenir los cálculos renales es posible con una dieta equilibrada, rica en agua, baja en sodio y con un adecuado consumo de frutas, verduras y proteínas saludables. Además, mantener un estilo de vida activo y acudir al médico para revisiones periódicas puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar esta afección.
Fuente: National Kidney Foundation