El cerebro es uno de los elementos del cuerpo humano más complejos que existen, debido a que cuenta con diversas partes específicas que discriminan, procesan y categorizan el sonido, esto permite diferenciar lo agudo de lo grave, esto es especialmente relevante cuando se trata de la música.
Concepción Morán Martínez, profesora de las facultades de Psicología (FP) y de Música (FaM) de la UNAM afirmó que en el proceso de asimilación de la música la vista juega un papel crucial, ya que permite determinar la procedencia acústica. Por esto mismo, la música no se percibe solo con el oído si no con todo el cuerpo, el tacto en particular.
Para demostrar lo anterior, la especialista realizó un experimento con niños de primaria a quienes se les interpretó la pieza ‘The Pink Panter’ de Henry Mancini, mientras los niños permanecían sentados en sus lugares con la misión de identificar este tema musical.
Cuando se les preguntó por el color que les evocó la melodía, la mayoría de los niños coincidió en decir que fue el rosa: “Las notas musicales generan procesos cognitivos en el tiempo, tanto en el pasado como en el futuro; por ello, al escuchar los sonidos cada quien imagina lo que sigue y visualiza. Así surgen las emociones, responsables de modificar el ánimo y ponernos la piel de gallina, ¿pero en qué parte del cerebro?, en la basal”, comentó la especialista.
Hasta hace poco tiempo se creía que la música era procesada de forma única en el hemisferio derecho, pero gracias a descubrimientos recientes se sabe que son varias áreas las que tienen que ver con este proceso, y que el lado izquierdo del cerebro es fundamental para el ritmo.
Vía: Universidad Nacional Autónoma de México