Yadira Rivera Espinoza, una investigadora de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), acaba de descubrir que un lactobacilo que está presente en el aguamiel permite prevenir el colesterol alto en la sangre y el daño hepático, lo que significa que consumirlo ayudaría a reducir la incidencia de padecimientos del corazón.
La experta lleva estudiando los efectos benéficos del pulque desde el 2008. Gracias a ello, ahora descubrió que el aguamiel [o savia recién extraída] contiene una cantidad mucho mayor de microorganismos, entre ellos bacterias como el susodicho lactobacilo (denominado Lactobacillus brevis).
Para comprobar sus beneficios, Rivera Espinoza probó diferentes cepas de esta bacteria en ratones y obtuvo resultados sorprendentes, comprobando que de todas las cepas del microorganismo solo seis son capaces de prevenir la hipercolesterolemia (exceso de colesterol en la sangre) y el daño hepático causado por ésta (esteatosis hepática).
Asimismo, junto con su equipo de investigación, evaluó las cepas más efectivas de las seis antes citadas y logró muy buenos resultados después de 21 días, por lo que decidió patentar su descubrimiento.
Para realizar el estudio, los ratones fueron sometidos a pruebas toxicológicas (para corroborar que no tuvieran alguna infección) antes de administrarles los lactobacilos. Después, durante siete días, se les dieron concentraciones específicas de las bacterias en una dieta elevada en colesterol.
Gracias al experimento, Rivera Espinoza pudo comprobar que las concentraciones de colesterol en los ratones tratados con lactobacilos obtenidos del aguamiel no se modificaron de forma dramática, como ocurrió con los roedores que solo recibieron una dieta alta en grasa durante una semana.
A esto hay que añadir que los investigadores administraron de manera preventiva los lactobacilos a ratas con daño hepático inducido, y los resultados revelaron que no aumentó el número de enzimas vinculadas con lesiones en el hígado.
Por otra parte, las ratas que no fueron tratadas con los microorganismos registraron un incremento en las enzimas que indican problemas en dicho órgano.
Tomando como base estos hallazgos, la especialista del IPN cree que el Lactobacillus brevis destruye las sales biliares, las cuales se eliminan a través de las heces.
Para que el organismo compense tal pérdida, éste tiende a sintetizar nuevas sales a partir del colesterol, “así es como creemos que disminuye la concentración de los lípidos [comúnmente llamados grasas]”, destacó la especialista.
En lo que respecta a la obtención de la patente, cuya solicitud fue sometida ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), Yadira Rivera subrayó que “el trámite está en proceso y, como parte de los requisitos, depositamos las variantes fenotípicas del lactobacilo en la American Type Culture Collection (ATCC), autoridad internacional de depósito de microorganismos”.
El trabajo de la mexicana se publicó en la revista Journal of Food & Nutritional Disorders, y resulta prometedor para todas aquellas personas (y para las que no también) que tienen problemas de colesterol alto en la sangre.
Vía: Notimex