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El síndrome del corazón atlético es una condición cardíaca que puede presentarse en personas que realizan ejercicio o entrenan durante más de una hora al día, la mayoría de los días de la semana. Este síndrome no es necesariamente malo para ti, si eres un atleta. Y no es lo que hace que los atletas jóvenes se detengan a la mitad de la cancha o de la pista de carreras. Aunque la condición conduce a cambios estructurales en el corazón, una persona con síndrome del corazón atlético generalmente no nota ningún síntoma. Asimismo, el síndrome no requiere tratamiento y es importante diagnosticarlo solo para descartar problemas cardíacos que sean graves.

Como cualquier otro músculo, el corazón se fortalece con el ejercicio. Los ejercicios de resistencia como trotar, nadar y andar en bicicleta pueden agrandar el órgano, lo que le permite bombear más sangre con cada latido. Los entrenamientos breves e intensos, como el levantamiento de pesas, aumentan todavía más la potencia de bombeo al engrosar las paredes del corazón.

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Así como los fisicoculturistas esculpen sus abdominales y bíceps en formas muy inusuales, muchos atletas competitivos desarrollan corazones extraordinarios. El corazón no solo es muy grande y grueso, sino que también puede producir algunos ritmos irregulares (arritmia). Una persona con síndrome del corazón atlético también puede tener una frecuencia cardíaca en reposo marcadamente lenta, en el rango de 35 a 50 latidos por minuto. Además, los impulsos eléctricos pueden tomar rutas extrañas a través del corazón, provocando lecturas anormales en un electrocardiograma (ECG o EKG). En conjunto, estos cambios producidos por el ejercicio se denominan síndrome del corazón atlético.

Debido a que la condición es inofensiva, no hay razón para tratarla a menos que experimentes mareos regulares, dolores en el pecho o pierdas el conocimiento. Si realmente quieres volver a tener un corazón «normal», todo lo que tienes que hacer es dejar de hacer ejercicio. Pronto, tu corazón, junto con el resto de tu cuerpo, volverán a tener su forma anterior. Pero, ¿por qué no mantener todo extra fuerte y saludable por un tiempo? Deberías estar orgulloso(a) de tu cuerpo atlético, incluyendo tu corazón.

 

Fuente: Health Day