La hidratación adecuada es fundamental para el funcionamiento óptimo de todos los sistemas del cuerpo, y el sistema cardiovascular no es la excepción. Mantenerse bien hidratado no sólo ayuda a regular la temperatura corporal, a mantener el buen funcionamiento de los órganos y a facilitar el transporte de nutrientes, también desempeña un papel crucial en la salud del corazón.

Hidratación y corazón

1. Mantenimiento del volumen sanguíneo

El cuerpo humano está compuesto en gran parte por agua, y esta es esencial para mantener el volumen sanguíneo adecuado. El volumen sanguíneo influye directamente en la presión arterial y la eficiencia con la que el corazón bombea la sangre. Una hidratación adecuada asegura que el volumen de sangre sea suficiente para que el corazón funcione de manera óptima y para evitar el sobreesfuerzo cardíaco.

2. Regulación de la presión arterial

El agua es esencial para mantener un equilibrio adecuado de electrolitos, como el sodio y el potasio, que son cruciales para la regulación de la presión arterial. La deshidratación puede llevar a un desequilibrio de estos electrolitos, resultando en una presión arterial elevada. La hipertensión es un factor de riesgo significativo para enfermedades cardíacas, por lo que mantener un nivel adecuado de hidratación puede ayudar a controlar y prevenir la hipertensión.

3. Reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares

Estudios han demostrado que una hidratación adecuada puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. La deshidratación crónica puede contribuir a la disfunción endotelial, que es la incapacidad de los vasos sanguíneos para dilatarse adecuadamente, un precursor común de la aterosclerosis (endurecimiento de las arterias) y otros problemas cardiovasculares.

4. Mejora del rendimiento cardiovascular

Durante la actividad física, el cuerpo pierde agua a través del sudor, lo que puede llevar a la deshidratación si no se repone adecuadamente. La deshidratación durante el ejercicio puede aumentar la carga de trabajo del corazón, ya que el volumen de sangre disminuye y la viscosidad sanguínea aumenta, haciendo que el corazón tenga que bombear más fuerte y rápido. Mantenerse hidratado mejora el rendimiento cardiovascular, facilitando un flujo sanguíneo eficiente y reduciendo el esfuerzo del corazón.

5. Prevención de coágulos sanguíneos

El agua ayuda a mantener la sangre en un estado fluido, lo que es esencial para prevenir la formación de coágulos sanguíneos. La deshidratación puede espesar la sangre, aumentando el riesgo de coágulos, que pueden causar eventos graves como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

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¿Cómo mantener una hidratación adecuada?

  • Bebe suficiente agua.
  • Consume alimentos ricos en agua.
  • Limita el consumo de bebidas deshidratantes.
  • Asegúrate de reponer líquidos perdidos.

Asegurarse de consumir suficiente agua y alimentos ricos en agua diariamente es un hábito sencillo pero poderoso para promover una salud cardiovascular óptima.

 

Fuente: Fundación Española del Corazón