La lipoproteína (a) [Lp(a)], una partícula grasa que circula en el torrente sanguíneo, es similar al colesterol LDL o malo, pero más peligrosa. Los niveles elevados de Lp(a), como se le conoce comúnmente, pueden duplicar o incluso triplicar el riesgo de sufrir un infarto. Se considera una causa común de enfermedades cardíacas que se presentan a una edad temprana.
Hasta hace poco, la mayoría de las directrices médicas no recomendaban hacerse la prueba de Lp(a), pero con mucha razón. Los genes determinan el valor de Lp(a). Los hábitos alimenticios y de ejercicio prácticamente no afectan los niveles en sangre. Además, no existían tratamientos eficaces para reducir la Lp(a), que también eleva el riesgo de evento cerebrovascular y estenosis aórtica (una válvula aórtica que se vuelve gruesa y rígida).
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A diferencia del LDL, que aumenta con la edad y se ve influenciado por la dieta y el ejercicio, la Lp(a) se mantiene prácticamente constante a lo largo de la vida, por lo que una sola prueba es suficiente para su detección. Sin embargo, los investigadores están trabajando para comprender mejor los cambios que pueden ocurrir en la Lp(a) en las mujeres alrededor de la menopausia y en hombres y mujeres con ciertas condiciones médicas. Se recomienda específicamente la prueba a los siguientes grupos de personas:
- Personas con enfermedad cardiovascular prematura, definidas como aquellas que han sufrido un infarto de miocardio, un evento cerebrovascular, una enfermedad arterial periférica o estenosis aórtica antes de los 55 años (hombres) o 65 años (mujeres).
- Personas con padre, madre, hermana o hermano con enfermedad cardiovascular prematura.
- Personas con colesterol LDL muy alto (190 mg/dl o superior).
- Familiares cercanos (hermanos, hijos y padres) de cualquier persona con un nivel elevado de Lp(a).
Fuente: Harvard Medical School