Una de las razones más importantes para diagnosticar y tratar la enfermedad de la tiroides es prevenir las afecciones cardíacas que pueden derivarse de ella.

La enfermedad de la tiroides puede empeorar los síntomas cardíacos en personas con problemas del corazón y acelerar los subyacentes. Incluso puede producir nuevas condiciones cardíacas en personas que, por lo demás, tienen corazones sanos.

Lo anterior ocurre porque, cuando no hay suficiente hormona tiroidea, ni el corazón ni los vasos sanguíneos pueden funcionar normalmente. La reducción en los niveles de hormona tiroidea hace que el músculo cardíaco bombee con menos fuerza y, ​​eventualmente, se debilite.

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Asimismo, el músculo cardíaco no puede relajarse completamente después de cada latido. Esta falta de relajación puede producir disfunción diastólica o endurecimiento de las cámaras de bombeo del corazón, una condición que puede provocar insuficiencia cardíaca.

El hipotiroidismo también hace que los vasos sanguíneos se endurezcan, lo que puede provocar presión arterial elevada (hipertensión).

Si presentas algún síntoma de hipotiroidismo que tu proveedor de atención médica no pueda explicar, como fatiga o aumento de peso, pídele que mida tus niveles de hormona tiroidea. Esto es particularmente importante si ya padeces una enfermedad cardíaca.

 

Fuente: Very Well Health