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El estrés puede ser a corto plazo (agudo) o a largo plazo (crónico). Los factores estresantes agudos incluyen la ansiedad por una consulta médica, los nervios antes de dar un discurso, las discusiones y las condiciones para conducir un auto. Por otra parte, el estrés crónico involucra problemas de larga duración como problemas de pareja, dificultades financieras, inseguridad alimentaria y estrés laboral.

Tanto el estrés agudo como el crónico pueden afectar el sistema cardiovascular al alterar los niveles hormonales.

La respuesta de lucha o huida del cuerpo puede afectar a todo el organismo, incluida la presión arterial. Esta respuesta al estrés es la reacción del cuerpo a un factor estresante agudo y lo prepara para afrontar o huir de una amenaza.

Cuando alguien se enfrenta a una amenaza, el sistema nervioso simpático estimula las glándulas suprarrenales para que liberen adrenalina y cortisol, las hormonas del estrés. Estas hormonas preparan al cuerpo para responder ante una amenaza, lo que provoca lo siguiente:

  • Aumento de la frecuencia cardíaca
  • Aumento de la frecuencia respiratoria y ensanchamiento de las vías respiratorias
  • Aumento de la presión arterial
  • Aumento del flujo sanguíneo hacia los músculos y disminución del flujo sanguíneo desde los órganos digestivos

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Por lo anterior, controlar el estrés es fundamental no solo para el bienestar mental, sino también para la salud física.

A continuación te mencionamos algunos consejos que te ayudarán a controlar el estrés:

  • Identificar y evitar o gestionar los posibles desencadenantes del estrés
  • Priorizar un sueño adecuado y de calidad
  • Llevar una dieta saludable
  • Hacer ejercicio regularmente
  • Buscar apoyo
  • Realizar actividades como la meditación y el yoga

Asimismo, es importante evitar mecanismos de afrontamiento que puedan contribuir al estrés y a una mala salud, como fumar, los atracones y el consumo de alcohol o sustancias adictivas.

 

Fuente: Very Well Health