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Cuando comes, el cuerpo convierte las calorías que no necesita en triglicéridos de forma inmediata. Los triglicéridos se almacenan en las células grasas. Las personas que consumen más calorías de las que queman, especialmente aquellas que provienen de carbohidratos y grasas, suelen tener niveles más altos.

Los principales riesgos de tener niveles altos de triglicéridos son:

  1. Contribuyen al endurecimiento de las arterias o al engrosamiento de las paredes de las arterias —aterosclerosis—.
  2. Elevan el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos y enfermedades cardíacas. 
  3. Aumentan el riesgo de desarrollar pancreatitis aguda.

Cuidar la salud cardíaca a través de la alimentación y el ejercicio es sumamente importante. Si nos enfocamos en el primer punto, especialistas recomiendan la reducción del consumo de grasas, así como cuidar los niveles de colesterol y triglicéridos, los dos tipos de lípidos que circulan en la sangre.

Cabe destacar que ninguno de los dos se disuelve en la sangre, motivo por el que es importante cuidar sus niveles a través de un estilo de vida saludable.

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Recomendaciones

  • Baja de peso si es necesario.
  • Reduce el consumo de calorías.
  • Evita alimentos con azúcar o ingredientes refinados.
  • Elige grasas más saludables —productos de origen vegetal, como los aceites de oliva, maní y canola—.
  • Consume pescados con alto contenido de ácidos grasos omega-3.
  • Limita el consumo de alcohol.
  • Haz ejercicio regularmente —30 minutos de actividad física todos los días de la semana, como mínimo—.

Si los cambios saludables en tu estilo de vida no son suficientes, un médico podría recomendarte tomar algún fármaco especial. 

No te automediques, sólo un experto puede decirte si es necesario recurrir a esta medida. Ante cualquier duda relacionada con tu alimentación, visita a un profesional de la salud. Recuerda que cuidar tus niveles de triglicéridos es clave para proteger tu corazón.

 

Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos