Una joven podría ser el primer caso conocido de una infección dolorosa de la tiroides causada por el nuevo coronavirus, así lo informaron médicos del Hospital Universitario de Pisa (Italia) en un estudio publicado esta semana en la revista The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.

Los investigadores dijeron que la tiroides de la mujer de 18 años se inflamó y produjo dolor unas semanas después de dar positivo para el virus SARS-CoV-2 a finales de febrero. La afección, llamada tiroiditis, desapareció por completo una semana después de que recibiera tratamiento con prednisona esteroide.

Sin embargo, los autores creen que «los médicos deberían ser alertados sobre la posibilidad de esta manifestación clínica adicional» relacionada con el COVID-19, subrayó el doctor Francesco Latrofa, endocrinólogo del Hospital Universitario de Pisa y autor del estudio.

«La COVID-19 continúa mostrándonos muchas sorpresas», agregó el doctor experto en tiroides David Hiltzik, director de cirugía de cabeza y cuello en el Hospital de la Universidad de Staten Island, en Nueva York (Estados Unidos). «Se ha demostrado que se manifiesta en muchos sistemas de órganos diferentes en todo el cuerpo, por lo que no es sorprendente que la tiroides se una a la variedad de estructuras que pueden ser afectadas por la enfermedad».

«Afortunadamente, la tiroiditis se puede tratar fácilmente y no debería ser motivo de gran preocupación», indicó Hiltzik, quien no participó en la nueva investigación. «Dicho esto, si un paciente tenía el virus y presenta un nuevo dolor en el cuello, debe ser evaluado».

En el caso de la mujer italiana, el 28 de febrero se sometió por primera vez a una prueba de hisopo nasal para el nuevo coronavirus, pues su padre había sido hospitalizado anteriormente por COVID-19. La prueba resultó positiva, pero al principio solo experimentó síntomas respiratorios leves y transitorios.

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Sin embargo, para el 17 de marzo volvió a visitar la clínica de Pisa con fiebre, palpitaciones y dolor de cuello. Dicho dolor empeoró y su glándula tiroides estaba dolorosa y agrandada, señalaron los médicos.

Las pruebas confirmaron la tiroiditis. La paciente recibió prednisona, que alivió el dolor de cuello y la fiebre en dos días. Cualquier otro síntoma restante disminuyó en una semana.

Latrofa y su grupo dijeron que la tiroiditis se observa en diversas infecciones, incluyendo paperas, Epstein-Barr, hepatitis E y VIH, por lo que su aparición debido al SARS-CoV-2 no es completamente sorprendente. No obstante, este es el primer caso relacionado con el nuevo coronavirus.

La doctora Minisha Sood, endocrinóloga en el Hospital Lenox Hill de Nueva York, tras leer los hallazgos italianos, aseguró que esta es «una presentación clásica de tiroiditis post-viral, que se caracteriza por la aparición de dolor de cuello, fiebre y altos niveles de hormona tiroidea».

Sood añadió que debido a la intensidad del dolor de cuello que experimentaba la mujer, sus médicos le recetaron prednisona. Sin embargo, en casos más leves, a menudo se prescribe primero un analgésico antiinflamatorio no esteroideo, con un esteroide prescrito más tarde si es necesario.

En cualquier caso, «como un número creciente de síntomas post-virales se atribuyen al COVID-19 o a las complicaciones debidas a la infección, como los eventos trombóticos [de coagulación], el riesgo de la tiroiditis subaguda no debe pasarse por alto», finalizó Sood.

 

Vía: Health Day News