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La depresión y la enfermedad cardíaca están entrelazadas, y un nuevo estudio preliminar presentado durante la conferencia virtual Scientific Sessions de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) está ayudando a desentrañar esa conexión al vincular la depresión con puntajes más bajos en siete medidas importantes de la salud cardíaca.

La investigación incluyó a más de 4,000 personas que participaron en una encuesta nacional, quienes fueron examinadas para detectar depresión mediante un cuestionario básico. Los participantes fueron evaluados en cuanto a peso, tabaquismo, dieta, actividad física, azúcar en sangre, colesterol y presión arterial alta, medidas conocidas como Life Simple 7 de la AHA.

Después de ajustar factores como la edad, la raza y los ingresos, los investigadores descubrieron que las personas con síntomas de depresión grave tenían 3.1 veces más probabilidades de tener una peor salud cardiovascular que las personas sin depresión. Las personas con depresión leve a moderada tuvieron 1.4 veces más probabilidades.

El doctor Brent Medoff, médico residente del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh e investigador principal del trabajo, señaló que el estudio muestra un vínculo claro entre la depresión y la mala salud del corazón, aunque no pudo explicar qué existe detrás de esa conexión.

«Ya sea porque están deprimidos y no quieren moverse, no se están cuidando o no pueden obtener medicamentos, son factores que habrá que buscar en otra investigación», añadió Medoff.

Por su parte, el doctor Christopher Celano, director asociado del Programa de Investigación en Psiquiatría Cardíaca del Hospital General de Massachusetts, quien no participó en la investigación, dijo que concentrarse en las causas fundamentales de la relación entre la depresión y las enfermedades cardíacas ofrece nuevos detalles sobre una interacción complicada.

Es una calle de doble sentido, sugieren los estudios. Las personas con depresión tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades cardíacas. Y las personas con enfermedades cardíacas pueden sufrir depresión. De hecho, la investigación sugiere que entre el 15% y el 30% de las personas con enfermedades cardiovasculares padecen depresión, una tasa de dos a tres veces más alta que la población general.

Según Celano, parte de la conexión probablemente sea de comportamiento. Las personas deprimidas son más propensas a fumar, menos propensas a ser activas y tienden a llevar una dieta menos saludable.

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Pero la depresión también tiene un lado físico. Afecta al sistema nervioso de manera que puede elevar la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Además, afecta las plaquetas sanguíneas, lo que puede aumentar el riesgo de coagulación. Y también se ha asociado con la inflamación, que está relacionada con muchas enfermedades.

«La depresión y los síntomas depresivos no se encuentran solo en el cerebro. Tu cerebro está conectado con todas las partes de tu cuerpo. Cada vez sabemos más que estas conexiones entre el cerebro y el resto del cuerpo van en ambos sentidos. Por lo tanto, las cosas que suceden en tu organismo pueden afectar tu forma de pensar y sentir. Y los cambios en tu cerebro pueden afectar muchos órganos diferentes, incluido tu corazón», explicó Celano.

Debra Moser, profesora y decana asistente en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Kentucky en Lexington (Estados Unidos), mencionó que el nuevo estudio muestra que los profesionales de la salud deben hacer un mejor trabajo para controlar la depresión.

«Básicamente, esta evidencia nos dice que debemos comenzar a evaluar a las personas para detectar síntomas depresivos», refirió la experta

Los exámenes se pueden realizar fácilmente con el mismo cuestionario que se usó en la investigación, aseguró Moser. Las personas también deben estar atentas a las señales de advertencia, tanto en ellas mismas como en sus seres queridos.

«Las personas que realmente pierden interés en lo que solían hacer y no se involucran en nada de lo que solía gustarles, deberían comenzar a preocuparse ya que quizás sufren síntomas depresivos que deben ser controlados», enfatizó.

Los medicamentos, la psicoterapia y el ejercicio son buenas opciones, destacaron Moser y Celano.

Las personas que padecen síntomas depresivos deben hablar con su médico de atención primaria respecto a obtener una derivación a un psiquiatra u otro profesional de la salud mental, indicó Celano. «Hacer esto es crítico, sin importar si tienes o no una enfermedad cardíaca».

Finalmente, Medoff puntualizó que ahora que existe menos estigma relacionado con el tratamiento de la salud mental, por lo que una mejor comunicación puede mejorar la salud en general.

 

Vía: Health Day News