Con la llegada de la primavera, la tendencia alimenticia suele cambiar. Los platillos calientes de invierno quedan atrás y llegan platos más frescos y ligeros. De hecho, también influye en la dieta la estacionalidad en la que se siembran y recogen las diferentes frutas, verduras y hortalizas, que tienen gran importancia dentro de la comida mediterránea.
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Durante la primavera, la oferta de frutas es muy amplia. Además, durante la primavera, las frutas y verduras de temporada tienen mucho más sabor y conservan mejor todas sus propiedades. Entre las frutas destacan las siguientes:
- Fresas.
- Frambuesas.
- Ciruelas.
- Cereza.
En cuanto a las verduras y vegetales, muchos de ellos se pueden encontrar en el mercado todo el año, sobre todo, los más consumidos. El calabacín es un típico alimento de todo el año, aunque su temporada perfecta comienza a finales de noviembre y dura hasta finalizado el verano.
Los meses de abril y mayo son los idóneos para el consumo del espárrago, un producto fresco y perfecto para la elaboración de ensaladas o como aperitivo. El ajo, las cebollas y las alcachofas, así como el repollo son otros vegetales perfectos para consumir en primavera.
Pescados
En cuanto a los pescados, la primavera es la temporada perfecta para el consumo del pescado azul. Por otro lado, la sardina aporta proteínas, ácidos grasos omega-3, fósforo, selenio, vitamina B12, niacina, B6, riboflavina y vitamina D. El jurel también es muy buena opción, ya que se puede encontrar todo el año, aunque es más abundante de junio a octubre.
En cuanto a pescado blanco, para esta época se recomienda, por ejemplo, el rape. Su temporada es durante todo el año, aportando proteínas, selenio, fósforo, vitamina B12 y niacina.
Si tienes dudas respecto a tu dieta, consulta a un especialista en nutrición.
Vía: 20 minutos.es