Corazón, Ecosalud, Obesidad y nutrición, Salud Mental
El efecto del ruido más común implica el desasosiego y el malestar que genera, la pérdida de la concentración y del rendimiento, trastornos del sueño y enfermedades cardíacas.
La Organización Mundial de la Salud reconoce el ruido como un sonido no deseado y dañino para quien lo percibe que afecta su estabilidad física y emocional. Por supuesto, su manifestación se ha hecho mucho más frecuente en los últimos años y se ha llegado a hablar incluso de la existencia de contaminación acústica ambiental.
Al respecto, los expertos consideran que el progreso técnico, el hacinamiento, los hábitos culturales, el auge de los medios de transporte, así como el crecimiento urbano sin planificación son los factores esenciales que han contribuido a la degradación acústica del medio y al deterioro de las relaciones entre las personas y su entorno.
Muchas personas soportan el ruido como una consecuencia inevitable de su actividad profesional, sin embargo, hay medidas importantes que deben tomarse en cuenta y seguirse regularmente mediante el uso de auriculares protectores, para evitar daños irreversibles.
Además, los especialistas recomiendan intentar alejarse de las zonas demasiado ruidosas, y sobre todo de los lugares donde exista una contaminación acústica reconocida.
Problemas derivados del ruido
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Diversos estudios han demostrado que los niños en edad escolar sometidos a elevados niveles de ruido aprenden a leer con mayor dificultad que el resto de sus coetáneos y alcanzan grados inferiores de dominio de la lectura.
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El ruido también influye negativamente sobre el sueño impidiendo conciliarlo tranquilamente. Así, con el ruido las fases del sueño más profundas se acortan y esto provoca un aumento de la presión arterial y el ritmo cardíaco. A largo plazo puede devenir en un cansancio crónico y una tendencia al insomnio.
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La exposición al ruido ha sido relacionada además con el aumento de la probabilidad de padecer varias enfermedades como el infarto agudo al miocardio, los tumores del nervio acústico e incluso algunos estudios afirman que puede hasta conducir a la obesidad debido a que incita a consumir alimentos con alto contenido calórico, sobre todo en las mujeres.
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El ruido excesivo, trae consecuencias a las relaciones sociales, debido a que la adecuada comunicación se ve afectada y las personas suelen reaccionar agresivamente cuando se perturba su tranquilidad. Uno de los efectos es el tener que aumentar el volumen de la voz con lo que la plática cambia de tono y muchas veces de sentido.
