¿A quién no le gusta tener de una relajante y estética manicura? Esta práctica, al igual que la pedicura, busca el cuidado de las uñas, manteniéndolas limpias y con un corte adecuado.
Ya sea que te lo hagas en casa, en un salón de belleza o en un spa, es importante que observes algunas medidas de seguridad para que lo disfrutes, tengas unas uñas sanas y prevengas infecciones.
En primer lugar, es fundamental que revises que el lugar sea higiénico, revisa la limpieza de las estaciones y las herramientas, pregunta por sus normas de desinfección y la experiencia del técnico de las uñas, además, verifica que se lave las manos entre cada trabajo.
Asegúrate de que los recipientes donde se meten los pies estén desinfectados, pues si se limpian en forma incorrecta pueden albergar bacterias y hongos.
Para prevenir una infección, nunca te cortes las cutículas ni las empujes hacia atrás con demasiada fuerza.
Ni intentes cubrir algún problema con una uña artificial, pues esto podría empeorarlo. Este tipo de productos sólo son recomendables para quienes tienen unas uñas sanas siempre que no se utilicen continuamente; asimismo, no son recomendables para personas propensas a infecciones por hongos o con uñas quebradizas.
Debido a que algunas sustancias empleadas en las uñas artificiales pueden causar reacciones alérgicas en cierta gente, es importante que sepas qué productos se utilizan en la aplicación.
No uses endurecedor ya que su efecto puede hacer que se rompan fácilmente.
Si utilizas esmaltes oscuros, aplica una base transparente para evitar que tus uñas se manchen.
Deja que se sequen naturalmente. Algunas de las lámparas de los salones no son recomendables para la piel; si lo prefieres, puedes utilizar esmaltes de secado rápido.
Aplica con un masaje una crema hidratante, sobre todo después de quitar el esmalte. No uses quitaesmalte más de dos veces al mes y asegúrate de rehidratar las uñas después, frota la crema sobre ellas y en sus bordes, justo donde se junta con la piel.
Vía: HealthDay News, Academia Americana de Dermatología