Junto con la dieta y el tratamiento médico, el ejercicio juega un papel esencial en el control de la diabetes. Y esto es cierto para todos los tipos de la enfermedad.
Mantenerte activo(a) ayuda a que tus células reaccionen a la insulina de manera más efectiva, así como a reducir tus niveles de azúcar en sangre. Hacer ejercicio regularmente también puede ayudarte a:
- Alcanzar y mantener un peso saludable
- Reducir el riesgo de complicaciones de salud relacionadas con la diabetes
- Mejorar el estado de ánimo
- Dormir mejor
- Mejorar la memoria
Si tienes diabetes tipo 1 o tipo 2, la guía general es intentar hacer, al menos, 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada cada semana. Actualmente no existen pautas de ejercicio separadas para las personas que padecen diabetes gestacional. No obstante, si estás embarazada, comienza lentamente e incrementa gradualmente tu nivel de actividad con el tiempo, a fin de evitar sobrecarga o extenuación física.
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Los ejercicios amigables con la diabetes incluyen los siguientes:
- Caminar
- Nadar
- Bailar
- Andar en bicicleta
Habla con tu médico sobre otras formas seguras de incorporar la actividad en tu plan de control de la diabetes. Es posible que debas seguir precauciones especiales, como controlar tu nivel de azúcar en sangre antes y después de hacer ejercicio, así como asegurarte de que siempre estés hidratado(a).
Considera trabajar con un entrenador personal o un fisiólogo del ejercicio que tenga experiencia trabajando con personas con diabetes. Ella o él pueden ayudarte a desarrollar un plan de entrenamiento personalizado que se adapte a tus necesidades.
Fuente: Healthline