La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si bien factores como la dieta y el ejercicio son ampliamente reconocidos en la prevención de la diabetes, el papel del sueño en este proceso es igualmente crucial pero a menudo pasado por alto.

En este artículo, exploraremos cómo la calidad y cantidad de sueño pueden influir en el riesgo de desarrollar diabetes y ofreceremos consejos para mejorar tus hábitos de sueño.

El vínculo entre el sueño y la diabetes

  1. Regulación de la glucosa. El sueño juega un papel vital en la regulación de los niveles de glucosa en sangre. Durante el sueño profundo, el cuerpo libera hormonas que ayudan a mantener un equilibrio saludable de glucosa. La falta de sueño puede interferir con esta regulación, llevando a niveles elevados de glucosa y aumentando el riesgo de diabetes tipo 2.
  2. Sensibilidad a la insulina. Dormir adecuadamente mejora la sensibilidad del cuerpo a la insulina, la hormona que ayuda a las células a utilizar la glucosa. La privación de sueño puede reducir esta sensibilidad, obligando al cuerpo a producir más insulina para mantener los niveles de glucosa bajo control. Con el tiempo, esta sobreproducción puede llevar a la resistencia a la insulina, un precursor de la diabetes tipo 2.
  3. Apetito y peso corporal. La falta de sueño afecta las hormonas que controlan el apetito, aumentando los niveles de grelina (la hormona del hambre) y disminuyendo los niveles de leptina (la hormona de la saciedad). Esto puede conducir a un aumento del apetito y, en consecuencia, al sobrepeso y la obesidad, ambos factores de riesgo para la diabetes.

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Consejos para mejorar la calidad del sueño

  1. Mantén un horario regular. Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular el reloj interno de tu cuerpo y mejora la calidad del sueño.
  2. Crea un ambiente propicio para dormir. Asegúrate de que tu dormitorio sea un lugar tranquilo, oscuro y fresco. Usa cortinas opacas, tapones para los oídos o una máquina de ruido blanco si es necesario.
  3. Limita la exposición a pantallas antes de dormir. La luz azul emitida por teléfonos, tabletas y computadoras puede interferir con la producción de melatonina, la hormona del sueño. Intenta evitar el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarte.
  4. Haz ejercicio regularmente. La actividad física puede ayudarte a conciliar el sueño más rápidamente y a disfrutar de un sueño más profundo. Sin embargo, evita el ejercicio intenso justo antes de acostarte.
  5. Cuida tu alimentación. Evita las comidas copiosas, la cafeína y el alcohol cerca de la hora de dormir. Opta por una cena ligera y, si es necesario, un pequeño refrigerio antes de acostarte que incluya alimentos que favorezcan el sueño, como un plátano o un vaso de leche tibia.

El sueño es un componente fundamental en la prevención de la diabetes. Mantener un sueño de buena calidad y cantidad no sólo mejora la regulación de la glucosa y la sensibilidad a la insulina, también ayuda a controlar el apetito y el peso corporal.

Adoptar hábitos de sueño saludables es una estrategia efectiva y accesible para reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Recuerda que cuidar tu sueño es cuidar tu salud.

 

Fuente: Mayo Clinic