Las personas con diabetes tipo 2 pueden enfrentarse al estigma de diversas fuentes, como los medios de comunicación, los profesionales de la salud, los amigos y los familiares.
La causa más común del estigma es la creencia de que la diabetes es un defecto de carácter o un fracaso personal.
Existe la idea errónea de que las personas con diabetes tipo 2 se la buscaron por ser perezosas, tener obesidad o llevar una dieta poco saludable.
Sin embargo, esto no es cierto, ya que muchos factores influyen en el desarrollo de la diabetes tipo 2.
El estigma puede ser mayor entre quienes poseen dificultades para controlar la diabetes. Las personas con un índice de masa corporal o hemoglobina glicosilada (A1C) elevados, o que informaron no poder controlar sus niveles de azúcar en sangre, son las más propensas a sufrir estigma.
Dicho estigma puede llevar a culparte si no alcanzas tus objetivos de azúcar en sangre o si necesitas empezar o cambiar de medicamentos para controlar la diabetes tipo 2. Puedes sentir que has fracasado.
Es cierto que los cambios en la dieta y el ejercicio pueden ayudarte a controlar la diabetes tipo 2. Pero esta es una de las causas del estigma de la enfermedad: la mentalidad de culpa y vergüenza que asume que no has comido bien ni has hecho suficiente ejercicio.
Algunos factores que alteran el control de la diabetes, como la edad o la genética, se encuentran fuera de tu control.
Asimismo, la diabetes tipo 2 es una enfermedad progresiva, lo que significa que las medidas que tomas para controlarla pueden no siempre funcionar. Es posible que tengas que ajustar tu tratamiento o plan de control con el paso del tiempo.
En ocasiones, la diabetes simplemente es resistente al tratamiento. Puedes hacer todo según las instrucciones de tu médico y aun así no obtener los resultados que buscas.
Otras veces, puedes alcanzar tu objetivo de A1C y reducir la probabilidad de complicaciones. No obstante, las personas influenciadas por el estigma podrían no comprender el esfuerzo que has realizado ni el progreso que has logrado.
Fuente: Healthline