Aunque están interconectadas, la diabetes y la resistencia a la insulina son bastante distintas.
Ambas condiciones están relacionadas con la capacidad del cuerpo para producir o utilizar insulina, una hormona clave que permite que la glucosa ingrese a las células del cuerpo desde el torrente sanguíneo para ser utilizada como energía. Cuando alguien tiene prediabetes o diabetes o está desarrollando resistencia a la insulina, su cuerpo no puede crear o utilizar la insulina correctamente como lo haría naturalmente.
Si tu cuerpo tiene que secretar más insulina de lo habitual para controlar correctamente los niveles de azúcar en sangre, entonces tienes resistencia a la insulina.
Muchas personas son resistentes a esta hormona pero no padecen diabetes.
Con el tiempo, la resistencia a la insulina puede provocar prediabetes y, si no se revierte, puede ocasionar diabetes tipo 2.
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El desarrollo de prediabetes y diabetes tipo 2 tiene lugar cuando el cuerpo es tan resistente a la insulina que el páncreas ya no puede producir suficiente insulina para mantener los niveles normales de azúcar en sangre y, por lo tanto, tus células no responden a la insulina que tu cuerpo secreta.
Las personas con diabetes deben controlar sus niveles de azúcar sanguínea con dieta, ejercicio y, en ocasiones, con medicamentos recetados como metformina o insulina.
La resistencia a la insulina no conduce a la diabetes tipo 1. En esta enfermedad autoinmune, el sistema inmunológico del cuerpo ha destruido las células beta productoras de insulina del páncreas y, debido a ello, el cuerpo no produce insulina. Sin embargo, las personas con diabetes tipo 1 pueden volverse resistentes a la insulina con el tiempo, lo que dificulta el control de los niveles de azúcar en sangre.
Si tienes más dudas sobre la resistencia a la insulina, la diabetes y las diferencias entre estas, consulta a tu médico.
Fuente: Healthline