El ejercicio forma parte de los tres pilares clave en el tratamiento de la diabetes, junto con la dieta y la medicación adecuada. Para realizar ejercicio sin tener que enfrentar riesgos relacionados con la enfermedad, se recomienda planificar un programa de actividad física adaptado a las necesidades de cada paciente, que permita realizar ejercicio 3 o 4 veces por semana, como mínimo.

De acuerdo con especialistas, el ejercicio físico mejora la sensibilidad a la insulina, lo que es beneficioso pues la diabetes tipo 2 se caracteriza, en muchas ocasiones, por una resistencia a esta hormona. Otros beneficios son:

  1. Aumenta la utilización de glucosa por el músculo.
  2. Reduce las necesidades diarias de insulina o disminuye las dosis de antidiabéticos orales.
  3. Controla el peso y evita la obesidad.
  4. Mantiene la tensión arterial y los niveles de colesterol.
  5. Evita la ansiedad, la depresión y el estrés.

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Entre los ejercicios más recomendables se incluyen actividades de carácter aeróbico, como caminar, pasear en bicicleta, correr o nadar. Lo ideal es comenzar con actividades de intensidad moderada o baja, pues son las que ofrecen un mejor balance entre los beneficios y los riesgos posibles.

Antes de empezar la actividad, te recomendamos:

  • Comprobar tus niveles de glucemia y actuar según lo acordado con tu médico.
  • Reducir la dosis o aumentar la ingesta de alimentos ricos en hidratos de carbono.
  • Evitar las inyecciones de insulina en zonas que van a ser movilizadas durante el ejercicio.

No olvides llevar contigo alimentos ricos en hidratos de carbono de absorción rápida, en caso de aparición de síntomas de hipoglucemia. Si vas a realizar ejercicio en compañía de alguien, explícale cómo actuar frente a una hipoglucemia grave.

Ante cualquier duda, comunícate con tu médico.

 

Vía: Fundación Mexicana de Diabetes