Hacer ejercicio y llevar una dieta balanceada resulta sumamente importante para mantener una vida saludable, pero surge la pregunta: si se trata de mejorar la salud cardíaca de una persona de mediana edad, ¿qué es mejor?
De acuerdo con una nueva investigación, tanto las dietas como el ejercicio pueden resolver la cuestión más o menos igual de bien, siempre y cuando se mantenga un peso saludable.
A través del estudio, pudo identificarse muy poca diferencia en la intervención de estas dos vertientes. Todos los participantes —los que eligieron dieta, ejercicio o ambas— experimentaron una reducción en su riesgo cardiovascular de por vida, de un 46% a un 36 por ciento.
«Se sabe que tanto el ejercicio como una dieta saludable baja en calorías mejoran los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular, incluso ante la ausencia de una pérdida de peso», comentó el autor del estudio, Edward Weiss, profesor de la Universidad de Saint Louis, en Missouri.
Sin embargo, la combinación de estos factores es la mejor forma de proceder, según Weiss. La dieta y el ejercicio juntos pueden tener efectos acumulativos para otros aspectos de la salud, por ejemplo, una mayor reducción del riesgo de diabetes tipo 2.
Para el especialista, es importante “elegir el placer en lugar del dolor”, es decir, si caminar o correr resulta un castigo para el cuerpo —por la presencia de algún otro padecimiento—, quizá elegir un ejercicio tranquilo o enfocarse en la alimentación es la mejor opción.
Lo mismo ocurre con la comida. No es recomendable adoptar una dieta con alimentos que no sean del agrado de la persona, pues terminará por dejarla.
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“Si beber batidos de col rizada parece un castigo, no se moleste. En lugar de eso, coma palitos de zanahorias con salsa ranchera ligera, o sólo coma postre una vez por semana», concluyó.
Vía: Health Day