Cuando una persona contrae una infección viral o bacteriana, su sistema inmune sano produce anticuerpos contra uno o más componentes del virus o la bacteria.

El nuevo coronavirus causante de COVID-19 contiene ácido ribonucleico (ARN) rodeado por una capa protectora, que posee proteínas puntiagudas en la superficie externa que pueden adherirse a ciertas células humanas. Una vez dentro de las células, el ARN viral comienza a replicarse y también activa la producción de proteínas, lo que permite al virus infectar más células y propagarse por todo el cuerpo, especialmente hacia los pulmones.

Si bien el sistema inmunitario podría responder a diferentes partes del virus, son las proteínas puntiagudas las que reciben la mayor atención. Las células inmunes reconocen las también llamadas «proteínas espiga» como una sustancia extraña y comienzan a producir anticuerpos en respuesta.

Categorías de anticuerpos

Existen dos categorías principales de anticuerpos:

-Anticuerpos de unión. Estos pueden unirse a la proteína espiga o a una proteína diferente conocida como proteína nucleocápside. Los anticuerpos de unión se pueden detectar con análisis de sangre que comienzan aproximadamente una semana después de la infección inicial. Si se encuentran anticuerpos, es extremadamente probable que la persona haya sido infectada con COVID-19. El nivel de anticuerpos disminuye con el tiempo después de una infección, a veces a un nivel indetectable.

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Los anticuerpos de unión ayudan a combatir la infección, pero es posible que no ofrezcan protección contra una reinfección en el futuro. Depende de si también son anticuerpos neutralizantes.

-Anticuerpos neutralizantes. El cuerpo produce estos anticuerpos específicamente contra la proteína espiga. En el laboratorio, varios científicos han observado que los anticuerpos neutralizantes impiden que el virus ingrese a las células vivas. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) todavía no autoriza el uso de una prueba para anticuerpos neutralizantes, ya que requiere el manejo del coronavirus COVID-19 vivo o un pseudo-virus similar al real. Para hacer la prueba, la sangre de una persona se mezcla con virus vivos y se incuba en un tubo de ensayo junto con células vivas para medir la acción asesina.

Además de estas observaciones en laboratorio, los estudios en humanos han demostrado que los anticuerpos neutralizantes hechos contra otros coronavirus ayudan a prevenir la reinfección.

Los científicos son optimistas de que lo mismo ocurrirá con el COVID-19, y que los anticuerpos neutralizantes bloquearán la transmisión de este virus en humanos y ofrecerán protección contra la reinfección, al menos durante dos o tres meses.

Además, las personas que se han recuperado completamente de una infección por COVID-19 y tienen anticuerpos neutralizantes en su sangre pueden donar plasma, el componente de la sangre que contiene anticuerpos, para ayudar a los pacientes con COVID-19 a recuperarse de su enfermedad.

 

Vía: Harvard Medical School