En el nuevo mundo del COVID-19, el hogar es tu santuario, el único lugar donde puedes estar seguro de que no está presente el virus.

Pero si tienes que salir a la calle, ¿cuáles son las mejores prácticas para descontaminar tus cosas cuando regresas a casa? ¿Es necesario lavar todo con agua caliente y jabón, teléfonos inteligentes, billeteras, dinero y llaves?

«Estamos nadando a través de un pantano invisible de bacterias, virus, hongos y parásitos», señaló el doctor Stephen Berger, cofundador de la Red Mundial de Enfermedades Infecciosas y Epidemiología en Tel Aviv, Israel. «Esas estanterías y esas fotos en la pared están llenas de microbios feos. Sin mencionar tu teléfono celular, reloj de pulsera, anteojos y todo lo demás en tu mundo».

De hecho, «la lista de objetos que podrían estar potencialmente contaminados es interminable», advirtió.

Pero eso no significa que todo lo que expones al aire libre necesita un lavado biológico de riesgo al regresar, añadió Berger.

«La buena noticia es que no estás en peligro por la mayor parte de estos objetos», indicó Berger. «Y no tienes ninguna razón para evitar compulsivamente, o incluso limpiar, cada objeto en tu mundo personal. Con una excepción: ¡tus propias manos!».

Esto porque, cuando se trata del riesgo de infección por COVID-19, «el verdadero culpable aquí son tus propias manos», aseguró.

Lo anterior no quiere decir que los objetos inanimados no representen ningún riesgo, mencionó Berger. Y las pautas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) recomiendan que las personas limpien sus teléfonos y dispositivos electrónicos, ya sea siguiendo las pautas de los fabricantes o usando toallitas o aerosoles que contengan al menos un 70% de alcohol.

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«La pandemia actual de COVID-19 es causada por un virus, el cual puede infectarte a través de la nariz o la boca, en la mayoría de los casos, porque alguien tosió o tal vez solo respiró a unos pocos metros de ti», dijo Berger.

«Quizás ese mismo alguien tosió en su mano, o hacia un objeto cercano, o simplemente abrió una puerta. Más tarde ese día, le das la mano a modo de saludo, tocas esa mesa o agarras la perilla de la puerta. Y luego, podrías usar tu mano contaminada para comer un bocadillo», explicó.

El riesgo potencial: que luego te infectes, y «durante la próxima semana o dos, este virus se estará multiplicando en tu sistema», agregó.

El dinero es un buen ejemplo de este problema, refirió Berger. «Pocas personas se dan cuenta de que el dinero es, como nos dijo nuestra madre muchas veces, ‘sucio’. Varios investigadores han demostrado la presencia de una increíble variedad de bacterias, parásitos y otros seres vivos en los billetes de papel».

Una nueva investigación, programada para su presentación este mes durante el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas, habla de esa preocupación.

Aunque dicho trabajo, dirigido por Johannes Knobloch del Centro Médico de la Universidad de Hamburgo-Eppendorf, en Hamburgo, Alemania, no se centró específicamente en el COVID-19, sí encontró evidencia de que el papel moneda europeo, hecho de fibra de algodón, es vulnerable a la contaminación microbiana. (Las monedas, que son 75% de cobre en Europa, lo son menos).

De todas formas, «la solución aquí no es tirar tu dinero o lavarlo con detergente», comentó Berger. Tampoco significa que debas rociar tus llaves con aerosol desinfectante. En lugar de eso, sugirió la solución más sensata: «precaución e higiene».

«En términos de la pandemia de COVID-19, ‘precaución’ implica una atención estricta para evitar posibles fuentes de enfermedad», enfatizó Berger, que significa usar máscaras faciales y practicar el distanciamiento social. «Si bien la ‘higiene’ debe incluir el lavado cuidadoso y repetido de las manos, los antisépticos y las toallitas desinfectantes están bien. Pero el agua y el jabón simples también funcionan».

 

Vía: Health Day News