Los parásitos son organismos que necesitan de otros organismos, o huéspedes, para sobrevivir. Las infecciones parasitarias pueden ser causadas por tres tipos de organismos: protozoos (como Giardia), helmintos (como gusanos planos, tenias, gusanos de cabeza espinosa y gusanos redondos) y ectoparásitos (como mosquitos, pulgas y garrapatas).
Cualquiera puede contraer una infección parasitaria. Sin embargo, algunas personas corren un mayor riesgo que otras. Por ello, a continuación te mencionamos los factores que aumentan el riesgo de contraer una infección parasitaria:
- Tener un sistema inmunológico comprometido o padecer alguna otra enfermedad.
- Vivir o viajar en regiones tropicales o subtropicales del mundo.
- Carecer de un suministro limpio de agua potable.
- Nadar en lagos, ríos o estanques donde Giardia u otros parásitos son comunes.
- Trabajar en el cuidado de niños, trabajar regularmente con la tierra o realizar labores en otros contextos en donde se entre en contacto con heces de manera constante.
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Los gatos que andan por la calle pueden entrar en contacto con roedores y pájaros infectados. Esto hace que sus dueños sean más propensos a contraer toxoplasmosis, un tipo de protozoo. La toxoplasmosis puede ser muy dañina para las mujeres embarazadas y sus bebés en desarrollo. La infección se propaga a través de las heces de los gatos. Si estás embarazada, es importante que alguien más limpie la caja de arena todos los días.
Fuente: Healthline