El calor extremo golpea a los vecindarios pobres y minoritarios en las ciudades, en comparación con los vecindarios más ricos, así lo reveló un nuevo estudio publicado en la revista Earth’s Future.
«La distribución del exceso de calor urbano varía dentro de las ciudades y, como resultado, las comunidades no comparten la carga de calor extremo de una ciudad por igual», explicó Jennifer Burney, presidenta de investigación y políticas climáticas globales en la Universidad de California en San Diego (UCSD) y coautora del estudio.
Investigaciones previas han relacionado el calor extremo con una variedad de problemas de salud, incluyendo los nacimientos prematuros, un mayor riesgo de insolación entre niños y ancianos, puntajes más bajos en diversos exámenes y disminución de la productividad.
En este trabajo, el equipo de la Escuela de Política y Estrategia Global de la UCSD analizó datos satelitales de las temperaturas de la superficie terrestre obtenidos de 1,056 condados en Estados Unidos. Tales datos se compararon con la información demográfica del censo.
En el 71% de esos condados, las temperaturas de la superficie terrestre en verano en los vecindarios con tasas más altas de pobreza fueron hasta 7 grados Fahrenheit (alrededor de unos 4 °C) más cálidas que en los vecindarios más ricos.
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Lo mismo pasó con los vecindarios donde predominaban las personas afroamericanas, hispanas y asiáticas, en comparación con los vecindarios donde predominaban las personas blancas, incluso cuando los investigadores tomaron en cuenta los niveles de ingresos, encontró el estudio.
«Las características físicas que provocan los picos de calor en la superficie de estos entornos urbanos son bastante consistentes en todo el país, incluso en ciudades con geografías e historias muy diferentes», indicó Susanne Benz, primera autora de la investigación.
«De manera sistemática, la exposición desproporcionada de la superficie al calor que enfrentan las comunidades de bajos ingresos con poblaciones minoritarias más grandes se debe a que los vecindarios están más urbanizados, hay menos vegetación y, en menor medida, a que hay una mayor densidad de población», explicó Benz.
«Particularmente durante el verano, el calentamiento en las ciudades debido a las alteraciones del balance energético de la superficie pone en peligro la salud y la productividad humanas», agregó Burney, de ahí la importancia de que los gobiernos y funcionarios locales desarrollen estrategias para abordar y prevenir problemas de salud relacionados con la exposición al calor extremo, particularmente en estas áreas demográficas.
Fuente: Health Day News