El cambio climático podría poner a miles de millones de personas más en riesgo de contraer enfermedades mortales transmitidas por mosquitos como la malaria y el dengue, advirtieron investigadores en un nuevo estudio, quienes han visto la zona de peligro expandiéndose dentro de Estados Unidos, Europa y Asia. Los resultados se publicaron en la revista The Lancet Planetary Health.
Si las temperaturas aumentan alrededor de 3.7 grados Celsius para el año 2100 en comparación con los niveles preindustriales, 4.7 mil millones más de personas en todo el mundo podrían estar en riesgo de contraer dichas enfermedades en comparación con los años 1970 a 1999, reveló el trabajo.
Eso significa que 8,400 millones de personas en todo el mundo podrían estar en riesgo de contraer malaria y dengue para finales de siglo, particularmente en las zonas bajas y urbanas, mostraron los hallazgos.
El estudio predice un desplazamiento hacia el norte del cinturón epidémico de malaria en América del Norte, el centro norte de Europa y el norte de Asia, y un desplazamiento hacia el norte del cinturón epidémico de dengue sobre el centro norte de Europa y el norte de Estados Unidos.
La malaria y el dengue son las amenazas para la salud mundial más importantes transmitidas por mosquitos. Se ha encontrado que se propagan en más áreas, emergiendo en lugares previamente no afectados y resurgiendo en lugares donde habían disminuido durante décadas, señalaron los autores.
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La malaria se está desplazando hacia altitudes más altas y la urbanización se asocia con un riesgo cada vez mayor de dengue.
«Nuestros resultados enfatizan que debemos actuar para reducir las emisiones y limitar el cambio climático», destacó el coautor del estudio Felipe Colón-González, profesor asistente de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
«Este trabajo sugiere fuertemente que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero podría evitar que millones de personas contraigan malaria y dengue. Los resultados muestran que los escenarios de bajas emisiones reducen significativamente la duración de la transmisión, así como la cantidad de personas en riesgo. La acción para limitar los aumentos de la temperatura global muy por debajo de los 2 grados Celsius debe continuar», agregó Colón-González.
El experto subrayó que los legisladores y los funcionarios de salud pública deben prepararse para todos los escenarios, incluyendo aquellos en los que las emisiones se mantienen en niveles altos.
«Esto es particularmente importante en áreas que actualmente están libres de enfermedades y donde es probable que los sistemas de salud no estén preparados para brotes importantes», dijo Colón-González.
Es fundamental tener una mayor vigilancia en áreas potenciales de puntos críticos, especialmente en lugares sin experiencia previa de dengue o malaria, resaltó Rachel Lowe, profesora asociada de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y coautora del estudio.
Fuente: Health Day News