Ecosalud, Obesidad y nutrición
La obesidad y los riesgos para la salud relacionados con la misma también forman parte de la lista de amenazas que plantea el cambio climático, así lo reveló un estudio publicado en la revista Hormone and Metabolic Research.
En esta nueva revisión, investigadores del Fox Chase Cancer Center en Filadelfia describieron la asociación entre el cambio climático y la obesidad.
A medida que aumentan las temperaturas globales, las personas pueden volverse menos activas físicamente y menos capaces de quemar el exceso de grasa, lo que las pone en mayor riesgo de tener sobrepeso u obesidad.
A su vez, esto podría conducir a mayores emisiones de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático, ya que las personas con sobrepeso y obesidad hacen un mayor uso del transporte que quema combustibles fósiles, como los automóviles, en lugar de aprovechar formas físicamente activas de moverse, como caminar o andar en bicicleta.
Una de las consecuencias para la salud de tener sobrepeso u obesidad es un mayor riesgo de cáncer, dijeron los autores.
«La obesidad se asocia con el riesgo de diversas neoplasias malignas, incluidos cánceres de mama y endometrio, de esófago, gástrico, colon, recto, hígado, vesícula biliar, páncreas, riñón, glándula tiroides y mieloma múltiple», señaló el doctor Christian Koch, director de la sección de endocrinología del Fox Chase Cancer Center, junto con sus colegas.
Conoce más: Cambio climático, ¿es el problema de salud más preocupante del mundo?
Hay una serie de razones por las que las personas con sobrepeso y obesidad tienen más probabilidades de desarrollar cáncer, además de un aumento en los niveles de insulina que puede ponerlas en mayor riesgo de cáncer de colon, riñón, próstata y endometrio.
En las mujeres, el tejido graso puede producir estrógenos que pueden promover el cáncer de endometrio, mama y ovario.
En términos de dieta, «a lo que tenemos que volver es a ‘menos es más’ para abordar el problema. Es mejor tener un producto de excelente calidad que costaría más pero que es más saludable que algo de menor calidad, más barato y menos saludable. Necesitamos ver el panorama completo y cómo podemos mejorar este mundo», subrayó Koch.
La forma en que se obtienen los alimentos también es parte del panorama. Por ejemplo, se observado que la dieta mediterránea y otras bajas en carne «reducen las emisiones de gases de efecto invernadero en un 72%, el uso de la tierra en un 58% y el consumo de energía en un 52%», escribieron los investigadores.
«Este artículo trata de crear conciencia sobre cómo se interconectan las cosas; la persona promedio debe estar consciente de cómo estos factores se afectan entre sí», indicó Koch.
Fuente: Health Day News