De acuerdo con un estudio del año 2018, los niños son especialmente vulnerables a la pérdida auditiva inducida por el ruido. Una investigación del 2014 encontró que la exposición crónica al ruido durante 8 horas al día podría causar cambios permanentes en la audición de los niños, incluida la incapacidad de escuchar ciertas frecuencias.
Un artículo publicado por expertos en pediatría indica que la contaminación acústica puede afectar la audición de un niño en cualquier etapa de su desarrollo, ya sea desde que es un feto, durante la infancia y cuando alcanza la adolescencia.
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Asimismo, el ruido fuerte o no deseado en la escuela o en el hogar puede dificultar el aprendizaje de los niños. En concreto, pueden experimentar más dificultades con:
- La concentración
- El desarrollo de la comunicación y el habla
- El rendimiento cognitivo
Esto puede afectar el comportamiento de un niño, su capacidad para entablar relaciones y su confianza. También pueden desarrollar presión arterial elevada debido a la exposición crónica al sonido.
Fuente: Medical News Today