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Si tus destinos de viaje para estas vacaciones de verano son tierras tropicales como las que se encuentran en América del Sur o África, es imperativo que te protejas contra la fiebre amarilla antes de viajar.

La fiebre amarilla es una enfermedad viral endémica de las zonas tropicales que se transmite a los humanos a través de las picaduras de mosquitos infectados. La mayoría de las personas que reciben una picadura y se infectan no presentan ningún síntoma, pero otras desarrollarán síntomas una semana después de la picadura.

Tales síntomas incluyen fiebre, escalofríos, dolores de cabeza, dolor de espalda y mialgias [dolores musculares].

En algunas personas, el virus puede progresar hasta convertirse en una enfermedad grave. Uno de cada siete individuos desarrollará fiebre amarilla grave, que incluye fiebre elevada o ictericia, que es el color amarillento de la piel asociado con inflamación del hígado o shock hemorrágico, donde puede ocurrir sangrado.

Para las personas que desarrollan la enfermedad a plenitud, los médicos pueden hacer muy poco, ya que ningún antiviral conocido es eficaz contra ella. Lo mejor que se puede hacer es lo que los trabajadores de la salud denominan «atención de apoyo».

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No obstante, existen dos métodos clave para prevenir la fiebre amarilla antes de que comience: la vacunación y evitar los mosquitos.

Existe una vacuna contra la fiebre amarilla disponible y recomendada para todas las personas de nueve meses de edad o más que viajen a regiones endémicas de la enfermedad, con algunas excepciones. Asimismo, algunos países pueden exigir que te vacunes antes de ingresar, y puede haber algunas restricciones para ingresar a un país si has estado en un área endémica de fiebre amarilla.

Una vez que te encuentres en un área donde haya mosquitos portadores del virus de la fiebre amarilla, unos sencillos pasos pueden ayudarte a evitar las picaduras, que son básicamente las mismas medidas que aplicarías en casa: usar mangas largas y pantalones largos y utilizar un repelente de insectos con DEET.

Si te infectas con fiebre amarilla, asegúrate de estar hidratado(a) y de controlar la fiebre para ayudar a aliviar los síntomas. El paracetamol sería el medicamento de elección. Evita el uso de antiinflamatorios como ácido acetilsalicílico y otros AINE, ya que podrían afectar tus plaquetas. Y busca atención médica a la brevedad.

 

Fuente: Health Day