Los bebés utilizan señales e indicaciones no verbales para comunicarse cuando necesitan comer y cuando han comido lo suficiente. Por ello, es importante que los padres reconozcan estas señales y respondan a ellas de manera rápida, cálida y constante, es decir, con una estrategia llamada alimentación perceptiva.
La alimentación perceptiva enseña buenos hábitos y aptitudes de alimentación que mantienen al bebé sano a medida que crece.
Eso sucede porque la alimentación perceptiva les enseña a los niños a:
- Reconocer cuando tienen hambre y cuando están satisfechos.
- Comunicar claramente sus necesidades a otras personas.
- Comer cuando tienen hambre y dejar de hacerlo cuando están satisfechos.
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Recomendaciones
El primer paso es aprender a reconocer cuando el niño tiene hambre y cuando está satisfecho. Los bebés necesitan comer cuando tienen hambre, pero no deben comer más de lo necesario.
Durante este proceso, observa cuidadosamente al bebé para ver si da alguna señal de que está listo para comer y de que está satisfecho. Reconoce las indicaciones del bebé y atiéndelas pronto y con cariño. Comienza de la siguiente manera:
- Asegúrate de que el bebé esté cómodo y evita las distracciones para ambos.
- Mantén el contacto visual y toca al bebé para interactuar con él.
- Permite que el bebé deje de comer cuando dé señales de que está satisfecho.
Es importante que durante este proceso, no pases por alto las señales del bebé. De igual forma, no es recomendable que obligues al bebé a comer después de que esté satisfecho. Y, finalmente, no alimentes al bebé para que deje de llorar si no ha dado otras indicaciones de que tiene hambre.
Recuerda que la hora de la alimentación puede ser difícil para los padres primerizos, no te estreses y busca asesoría si es necesario.
No olvides establecer un horario y una rutina uniformes para las comidas y las meriendas. Esto ayudará a que el bebé sepa qué esperar.
Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos
