La depresión posparto es la depresión después de tener un bebé. Los síntomas son más duraderos y más intensos que lo que se describe como “baby blues”: sentimientos de preocupación, tristeza o cansancio en los días o semanas posteriores al parto.
Un estudio realizado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) encontró que una de cada ocho mujeres experimenta síntomas de depresión posparto.
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Aunque, lamentablemente, no existe una forma fiable de asegurarse de que no experimentes depresión posparto (DPP), hay pasos que puedes seguir para que recibas el apoyo adecuado. Tales pasos incluyen:
- Sé consciente de lo que es la depresión posparto y los signos que debes buscar, como por ejemplo:
- Ansiedad
- Pensamientos tristes abrumadores
- Dificultad para dormir incluso cuando el bebé está durmiendo
- Cambios en los hábitos alimenticios: comer demasiado o no comer lo suficiente
- No querer estar cerca de tu bebé
- Aislamiento social
- Falta de interés en las cosas que antes te encantaban
- Sentimientos de vergüenza
- Irritabilidad
- *Si tienes antecedentes de depresión o ansiedad, asegúrate de discutir un plan de tratamiento con tu médico con anticipación.
- Educa a tu pareja y a tus seres queridos sobre la depresión posparto. Educarte a ti misma y a los miembros de tu familia sobre la depresión posparto es muy importante: no la evitarás, pero los signos y síntomas serán más fáciles de detectar e identificar si se presentan. Si no sabes qué buscar, llevará más tiempo obtener la ayuda adecuada.
- Haz un plan para dividir y conquistar tus primeras semanas. Aunque tu nuevo bebé será su principal prioridad, debes designar con anticipación quién se encargará de ciertas tareas en el hogar. Divide las tareas e identifique quién tomará la iniciativa en ciertas cosas como lavar la ropa, pasear al perro o lavar los trastes. Suena simple, pero hablar de esto antes de que el bebé llegue a casa puede evitar cierta frustración por la falta de sueño.
- Identifica amigos a los que siempre puedas llamar. El aislamiento puede ser un gran problema para las nuevas mamás, por lo que es muy importante identificar a esos amigos principales a los que puedes llamar. Ya sea que solo necesites desahogarte sobre cómo no has dormido en una semana, o si deseas compartir el centésimo video de tu bebé, mantener dichas conexiones te asegura tener apoyo cuando lo necesites.
- Haz una lista de las actividades que te gusta realizar a diario. Muchas nuevas mamás pueden sentir que pierden su identidad en la maternidad. Tomar nota de lo que disfrutabas antes de ser madre puede ser un recordatorio cuando te sientas perdida. Puede ser tan simple como saber que te encanta una taza de té o leer una revista cuando estás estresada. Deben ser pequeñas cosas que sabes que disfrutas y que puedes hacer todos los días, aunque solo sea por 15 minutos.
- Nutre tu cuerpo con buenos alimentos y ejercicio. Comer bien y hacer ejercicio no solo es bueno para tu bebé en crecimiento, también es bueno para tu salud mental. El yoga, caminar, nadar o andar en bicicleta estacionaria suelen ser actividades seguras para las mujeres embarazadas. Durante tus visitas prenatales, habla con tu médico sobre ejercicios seguros y opciones de comidas nutritivas.
- Sal a dar un paseo. La naturaleza y la luz del sol son naturalmente efectivas para la depresión. Sal a caminar o siéntate afuera si el clima lo permite. Ese poco sol puede mejorar tu estado de ánimo e incluso ayudarte a dormir mejor por la noche.
Fuente: Hackensack Meridian Health