La sobrealimentación de un bebé a menudo le ocasiona malestar porque no puede digerir correctamente toda la leche materna o la fórmula, así lo señala Michigan Medicine, en Estados Unidos.

Cuando se le alimenta demasiado, el bebé también puede tragar aire, lo que puede producirle gases, aumentar su incomodidad en el estómago y provocarle llanto. Un bebé sobrealimentado también puede regurgitar más de lo normal y tener deposiciones blandas. Aunque el llanto por malestar no es un cólico, puede hacer que el llanto sea vuelva más frecuente e intenso en un bebé que ya experimenta cólicos.

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Los bebés dan señales durante la alimentación que indican el hambre que tienen. Presta atención a estas señales para ayudar a determinar si tu bebé ha comido lo suficiente:

  1. Un bebé que tiene hambre se agarrará del pecho o del biberón y succionará continuamente.
  2. Un bebé que se está saciando durante la toma necesitará pausas más largas entre la succión.
  3. Un bebé que está lleno o satisfecho se alejará del pecho o del biberón y no querrá succionar.

RECUERDA: La cantidad de comida que necesita cada bebé varía. Los bebés pequeños generalmente no toman más leche materna o fórmula de la que necesitan. En general, tu bebé debe lucir sano y feliz y tener un buen tono muscular, así como una piel sana y un buen color de piel.

Si tienes más dudas, consulta al médico de tu hijo(a).

 

Fuente: Michigan Medicine – University of Michigan