Si la medicación no puede disminuir la cantidad de convulsiones causadas por la epilepsia, otra opción es la cirugía cerebral.
Resección
La cirugía más común es la resección. Esto implica extirpar la parte del cerebro donde comienzan las convulsiones. Muy a menudo, el lóbulo temporal se extirpa en un procedimiento conocido como lobectomía temporal. En algunos casos, esto puede detener la actividad convulsiva. En otros, mantendrán despierta a la persona durante el procedimiento para que los médicos puedan hablar con ella y evitar la extirpación de parte del cerebro que controla funciones importantes como la visión, la audición, el habla o el movimiento.
Transección subpial múltiple
Si el área del cerebro es demasiado grande o importante para extirparla, los cirujanos pueden realizar otro procedimiento llamado transección subpial múltiple o desconexión. Durante esta cirugía, el cirujano hace cortes en el cerebro para interrumpir la vía nerviosa. Tales cortes evitan que las convulsiones se propaguen a otras áreas del cerebro.
Después de la operación, algunas personas pueden reducir los medicamentos anticonvulsivos o incluso dejar de tomarlos, bajo la supervisión de su médico.
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Existen riesgos para cualquier cirugía, incluida una reacción negativa a la anestesia, sangrado e infección. La cirugía cerebral a veces puede resultar en cambios cognitivos.
Puede ser una buena idea discutir las ventajas y desventajas de los diferentes procedimientos con tu cirujano y otros miembros del equipo de atención médica. También es posible que desees buscar una segunda opinión antes de tomar una decisión final.
Cuándo contactar a un médico
Es importante acudir con un médico regularmente para realizarse chequeos. Las personas con epilepsia bien controlada deben considerar reunirse con su médico de familia o con su especialista en epilepsia al menos una vez al año, así lo recomienda el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS). Las personas con epilepsia que no se controlan bien quizás deban visitar a su médico con más frecuencia.
También es una buena idea programar una cita con tu doctor si experimentas algún síntoma nuevo o si experimentas efectos secundarios después de haber cambiado tu medicamento.
Fuente: Healthline
