Los dispositivos de estimulación cerebral implantados que se utilizan para tratar la epilepsia no alterarán la personalidad de los pacientes que los utilicen, así lo reveló un pequeño estudio publicado recientemente en la revista AJOB Neuroscience.

«Descubrimos que los implantes cerebrales no transformaron el sentido de sí mismos o la personalidad de los pacientes. Ni la implantación a largo plazo del dispositivo electrónico en su cerebro, ni la estimulación eléctrica para modular su función cerebral, propiciaron cambios en sus autopercepciones o en las percepciones de los miembros de la familia y de otras personas a su alrededor», señaló Tobias Haeusermann, de la Universidad de California en San Francisco y autor del estudio.

«Esta es una noticia tranquilizadora para los más de 3,000 pacientes con epilepsia refractaria a quienes, hasta la fecha, se les han implantado estos dispositivos; así como para muchos otros que pueden considerar este tratamiento como una forma de prevenir sus convulsiones en el futuro», agregó Haeusermann.

La epilepsia ocasiona convulsiones y, tan solo en Estados Unidos, afecta a unos 3 millones de adultos. Alrededor de un tercio de las personas con la afección desarrolla epilepsia refractaria, lo que significa que los medicamentos actualmente disponibles no funcionan bien, o no funcionan en absoluto, para detener sus convulsiones. Aunque la cirugía cerebral puede marcar la diferencia, no es adecuada para todos los pacientes.

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Los sistemas de estimulación cerebral aprobados por primera vez en 2013 monitorean y decodifican la actividad cerebral, y ajustan automáticamente el tratamiento administrado a través de pulsos eléctricos. Los dispositivos están aprobados en el citado país para prevenir convulsiones y otros síntomas en pacientes con epilepsia refractaria.

En esta investigación, los científicos dieron seguimiento a 12 pacientes y sus cuidadores familiares durante dos años para evaluar sus experiencias con los aparatos.

«Los dispositivos de estimulación cerebral de siguiente generación pueden modular la actividad cerebral sin la intervención humana, lo que plantea nuevas cuestiones éticas y políticas. Pero si bien existe una gran especulación sobre las posibles consecuencias de estos tratamientos innovadores, hoy en día se sabe muy poco sobre las experiencias de los pacientes con cualquier dispositivo aprobado para uso clínico», apuntó Haeusermann.

Los investigadores observaron que el implante cerebral utilizado para estos pacientes con epilepsia no tiene muchas de las funciones más avanzadas que están siendo diseñadas para dispositivos futuros.

«Este problema se está volviendo todavía más urgente, ya que actualmente se están desarrollando varios tratamientos similares para varias afecciones neurológicas y psiquiátricas comunes, que incluyen depresión, ansiedad, dolor crónico, enfermedad de Alzheimer y evento vascular cerebral isquémico, lo que ofrece la promesa de nuevos tratamientos efectivos para estas enfermedades debilitantes», agregó Haeusermann.

 

Fuente: Health Day News