Corazón, Obesidad y nutrición, Riñones
La sal, el azúcar y las especias son ingredientes esenciales de diversos platillos, ya sean elaborados en casa o procesados. Si bien se conocen los riesgos de consumirlos en exceso, muchas personas los ingieren debido al desconocimiento, es decir, por no leer las etiquetas de nutrición u olvidar preguntar por los ingredientes de los alimentos que consumen.
El hecho es que el azúcar añadido puede conducir a la obesidad, mientras que el sodio representa un factor de riesgo para desarrollar hipertensión y problemas en los riñones. Bajo esta premisa, expertos recomiendan limitar o evitar su consumo, pero ¿es realmente posible abandonar la sal por completo?
No, inclusive no es indispensable hacerlo. El sodio se encuentra de manera natural en la mayoría de los alimentos. Si bien abunda en los productos industrializados, como el tocino, los embutidos, las sopas y las verduras enlatadas; también lo contienen la leche, el betabel, el apio y hasta el agua.
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La Universidad de Maryland, en Estados Unidos, recomienda seguir algunos lineamientos para lograr un consumo saludable, más allá de preocuparse de abandonarlo por completo. Debes saber que el sodio se mide en miligramos (mg), que la sal de mesa contiene 40% de sodio y que una cucharadita de esta sal equivale a 2,300 mg. Ahora, toma en cuenta lo siguiente para calcular la cantidad que debes agregar a tus comidas.
- Bebés, niños y adolescentes. No se han definido cantidades específicas, pero se recomienda una dieta baja en sodio. Recuerda que los hábitos alimenticios y la actitudes hacia los alimentos que se forman a temprana edad.
- Adultos sanos. Es esencial limitar la ingesta de sodio a 2,300 mg por día.
- Adultos con presión arterial alta. No deberían consumir más de 1,500 mg.
- Personas con insuficiencia cardíaca, cirrosis hepática, enfermedad renal y otras afecciones. Pueden necesitar cantidades mucho más bajas, por este motivo es importante consultar con un médico sus necesidades específicas.
Vía: Hola Doctor
