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Familia disfuncional influye en embarazo no planeado.2Amparo Tapia Curiel, investigadora adscrita a la Unidad de Investigación en Servicios de Salud de Adolescentes (UIESSA) del IMSS Jalisco, advirtió que factores como vivir en una familia disfuncional, en la cual se sufre de abusos (incluso de tipo sexual) así como de carencias afectivas, influyen en que las adolescentes desarrollen un embarazo no planeado.

La experta asegura que muchas jóvenes caen en la creencia de que han encontrado al amor ideal, como consecuencia de no haberse sentido amadas y valoradas dentro su propio núcleo familiar. Por ello, suelen confiar en que esa relación les brindará plenitud y muchas deciden explorar su sexualidad por primera vez, sin importar la edad que tengan.

Dijo que durante la relación sexual, es común que las jóvenes no utilicen métodos de protección que eviten embarazos no planeados, ni tampoco alternativas que prevengan enfermedades de transmisión sexual (ETS).

Esto incrementa los casos de adolescentes embarazadas que también han sido contagiadas con alguna ETS, pudiendo incluso desarrollar lesiones con riesgo de convertirse en malignas a causa de enfermedades como el VPH (Virus del Papiloma Humano).

Tapia Curiel también comentó que entre más jóvenes son las madres, menos posibilidades tienen de retomar sus estudios, pues se ven expuestas a reclamos familiares y a la presión social, además de que con frecuencia la pareja se niega a asumir su responsabilidad. Datos previos demuestran que de cada seis adolescentes embarazadas, cinco no llegan a cursar la preparatoria. Además, muchas de ellas viven con sus familias de origen o con la de su pareja si continúan unidos, pues no cuentan con otra forma de subsistir debido a su minoría de edad.

Expuso que cuando la mujer posee una mayor escolaridad, las condiciones posteriores al embarazo son menos desfavorables, pues siendo universitaria o si trabaja puede acceder a la seguridad social, lo que le facilita salir adelante, al menos en la cuestión económica.

Se estima que, anualmente, el embarazo en adolescentes de entre 15 y 19 años de edad ocurre en 63 de cada mil mujeres. En México, la problemática asciende a un 30 por ciento de los embarazos en general.

La especialista del Seguro Social considera que para combatir esta problemática se debe fomentar el acercamiento entre padres e hijos, especialmente abriendo los canales del diálogo permanente que ayuden a conocer los problemas e inquietudes de los jóvenes.

Enfatizó que es importante confiar en lo que los hijos externen a sus padres, como el hecho de ser víctimas de algún abuso, así como educarles equilibradamente y con límites, sin ser permisivos o estrictos en exceso.

Finalmente, Tapia Curiel invitó a los padres a poner mucha atención en el uso que sus hijos hacen de las redes sociales e internet, ya que en ellas circulan personas “enganchadoras” que buscan abusar de menores.

 

Vía: Notimex