El diagnóstico de úlceras estomacales en niños es ligeramente diferente al de los adultos, ya que algunas pruebas son menos fiables. Usualmente, los casos sin complicaciones se tratan fácilmente con antibióticos y medicamentos que reducen la acidez estomacal y protegen la mucosa gástrica.

A menos que exista una causa subyacente grave, el riesgo de complicaciones por una úlcera estomacal es bajo (entre el 1% y el 2%) y la tasa de mortalidad es de aproximadamente una muerte por cada 100,000 casos.

Helicobacter pylori (H. pylori) es una bacteria con forma de sacacorchos que comúnmente se asocia con la gastritis crónica y las úlceras estomacales. Se cree que alrededor del 50% de la población mundial tiene H. pylori. De acuerdo con un estudio, más del 30% de estas personas desarrollará síntomas gastrointestinales superiores.

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Aunque H. pylori es una causa común de úlceras estomacales en niños, otros factores pueden propiciarla o contribuir a su desarrollo. Entre ellos se encuentran:

  1. Antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como la aspirina o el ibuprofeno, cuyo uso excesivo puede provocar sangrado gástrico y úlceras.
  2. Genetismo: aproximadamente el 20% de los niños con úlceras estomacales tienen antecedentes familiares.
  3. Eventos extremadamente estresantes (como traumas importantes en la vida, lesiones, infecciones o cirugías), que pueden desencadenar síntomas agudos que se presentan en un plazo de tres a seis días.
  4. Obesidad: puede provocar un aumento de la inflamación gastrointestinal y alteraciones en las bacterias intestinales normales.
  5. Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE): el reflujo ácido crónico puede provocar úlceras estomacales en casos graves.

Aunque el estrés generalizado, la ansiedad y las comidas picantes no causan úlceras, pueden agravar las ya existentes.

RECUERDA: Una úlcera estomacal infantil puede considerarse grave si el dolor es agudo y específico, en lugar de sordo y continuo. Esto puede indicar que la úlcera está sangrando, una afección que suele ir acompañada de heces con sangre o aspecto alquitranado, vómitos con sangre o partículas similares al café.

La fiebre, los escalofríos, los vómitos y la dificultad para tragar son señales de que el menor requiere atención médica urgente.

 

Fuente: Very Well Health