Cualquier persona que haya experimentado náuseas, vómitos o malestar estomacal probablemente haya usado jengibre o le hayan sugerido su consumo como posible remedio. Y por una buena razón: el jengibre posee una larga historia como tratamiento efectivo y seguro para las náuseas y los vómitos, en particular cuando los síntomas son causados por el embarazo o el tratamiento de quimioterapia. De manera similar, el jengibre también es efectivo para aliviar la hinchazón y los gases intestinales, así como el mareo.
Los beneficios del jengibre para la salud digestiva se atribuyen en gran medida a la presencia de gingerol, un compuesto bioactivo que aumenta la velocidad a la que los alimentos salen del estómago y pasan por el proceso digestivo.
Conoce más: Probióticos y jengibre, ¿buenos remedios caseros para las úlceras estomacales?
Aunque el jengibre se asocia con mayor frecuencia con el alivio del malestar estomacal, este cuenta con propiedades antiinflamatorias que también pueden contribuir a otros beneficios para la salud, los cuales incluyen:
- Reducción del dolor: en un estudio, los investigadores descubrieron que comer jengibre o aplicarlo en la piel podría ayudar a aliviar el dolor y la inflamación asociados con el síndrome premenstrual, el dolor muscular después del ejercicio, la osteoartritis de rodilla y la migraña.
- Controlar la inflamación asociada con la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn, la artritis reumatoide, la psoriasis y el lupus.
Además, los científicos están investigando si las dosis terapéuticas de jengibre pueden tener un efecto protector sobre el corazón y los vasos sanguíneos.
Fuente: Harvard Medical School