Si sueles experimentar dolor de estómago después de comer, no estás solo(a), pues una nueva encuesta en línea que evaluó a más de 54,000 personas en 26 países, encontró que 1 de cada 10 personas sufre dolor gastrointestinal frecuente relacionado con las comidas. Los resultados se presentaron durante la reunión en línea de United European Gastroenterology.

Esto incluyó al 13% de las mujeres y el 9% de los hombres, y es más común en las personas de 18 a 28 años (15%), reveló la encuesta.

«El mensaje para llevar a casa de este estudio es que las personas que sufren dolor abdominal relacionado con las comidas experimentan con más frecuencia otros síntomas gastrointestinales», indicó la investigadora Esther Colomier, estudiante de doctorado en KU Leuven en Bélgica, así como en la Universidad de Gotemburgo, en Suecia.

Estos individuos también fueron más propensos a tener hinchazón, inflamación estomacal y sensación de estar demasiado llenos después de comer o de llenarse demasiado rápido. Asimismo, reportaron tener estreñimiento y diarrea, así como más angustia psicológica y otros síntomas.

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En total, el 36% de los encuestados con dolor frecuente relacionado con las comidas tenía ansiedad, en comparación con el 25% de los que tuvieron episodios ocasionales y el 18% de los que no mostraron ningún episodio. Las personas con episodios frecuentes de dolor abdominal también informaron tener tasas más altas de depresión (35%), en comparación con aquellas que tuvieron síntomas ocasionales (24%) y ningún síntoma (17%).

«También tienen una mayor carga de síntomas psicológicos y somáticos, como dolor de espalda o dificultad para respirar, que se asocian con una gran angustia y problemas de funcionamiento», apuntó Colomier. «Estos síntomas causan angustia y trastornos en la vida diaria».

El 30% de quienes reportaron dolor frecuente después de comer experimentaron síntomas como estreñimiento y diarrea, en comparación con el 20% de los que tuvieron síntomas ocasionales y el 10% que no los tuvo. Lo mismo aplicó para los síntomas de hinchazón y distensión abdominal, mostraron los hallazgos.

Colomier destacó que deben considerarse los síntomas relacionados con las comidas al diagnosticar trastornos como el síndrome de intestino irritable y la hinchazón abdominal, una categoría de problemas de salud conocidos como trastornos de las interacciones intestino-cerebro (DGBI, por sus siglas inglés).

«En la práctica clínica, evaluar la asociación de las comidas con los DGBI podría ser de gran importancia para mejorar e individualizar el tratamiento. De esta forma, los pacientes podrían beneficiarse de un enfoque de atención multidisciplinario, que incluiría consejos dietéticos y de estilo de vida, apoyo psicológico y terapia farmacológica», detalló Colomier.

 

Fuente: Health Day News