Si te sientes mal después de comer gluten, probablemente tengas enfermedad celíaca, ¿correcto? En realidad, eso podría no ser cierto. Algunas personas tienen sensibilidad al gluten no celíaca (también llamada intolerancia al gluten), que puede causar síntomas digestivos incómodos después de comerlo. Pero la intolerancia al gluten es diferente de la enfermedad celíaca.

La enfermedad celíaca se diagnostica con análisis de sangre que buscan anticuerpos específicos. Si hay anticuerpos presentes, un diagnóstico definitivo requiere una biopsia intestinal para buscar signos de daño que son característicos de la afección.

Por otra parte, la sensibilidad al gluten no celíaca no desencadena anticuerpos ni causa daño intestinal. Sin embargo, algunas personas con dicho problema afirman que también experimentan confusión mental, dificultad para concentrarse, dolores musculares y fatiga después de comer alimentos que contienen gluten.

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Según los expertos, la sensibilidad al gluten no celíaca parece ser un fenómeno real, pero no está bien definido. Además , no está claro si las personas que la padecen son intolerantes al gluten o a alguna otra cosa presente en los alimentos que contienen gluten.

Una posibilidad son las moléculas similares al azúcar conocidas como FODMAP, que se encuentran en muchos alimentos, incluido el trigo. Los gases y la hinchazón pueden aparecer cuando las bacterias intestinales se alimentan de FODMAP (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables). Otra posibilidad es una alergia al trigo, que puede ocasionar síntomas como hinchazón, picazón o irritación de la boca y la garganta después de comer este alimento. Otros síntomas incluyen sarpullido, congestión nasal y dolor de cabeza, así como calambres, náuseas y vómitos. Algunas personas pueden desarrollar una reacción alérgica potencialmente mortal conocida como anafilaxia.

 

Fuente: Harvard Medical School